Bernard Horande: Bájate de esa Cumbre

Bernard Horande: Bájate de esa Cumbre

thumbnailbernardhorandeSe fue – y lo fueron – convenciendo con el tiempo que Obama es un gringuito de esos facilongos al que podría envolver con los truquitos gastados que usa en Venezuela para atraer la atención de incautos.

Fue a la Cumbre a intentar ser la figura. Creyó que tenía las credenciales para eso.

Pues no. El recogepelotas de división doble A se encontró con dos cuartobates de grandes ligas llamados Obama y Castro.





Comenzó con su pequeño show en el barrio El Chorrillo. De 2000 periodistas acreditados en la Cumbre, sólo 10 fueron a cubrir su pequeño acto de populismo barato. Un verdadero “showrrillo”.

Nadie le informó que el 70% de los panameños estaban más que felices el día que los Estados Unidos se llevaron al narcotraficante Noriega, socio de Pablo Escobar Gaviria.

Exhibió su doble. Y la doble de la jefa. Tamaña estupidez. ¿Cuánto nos costó a los venezolanos ese extravagante lujo? Además, ¿a quién le interesaría atentar contra alguien que no llega al 18% de popularidad en su país? El doble tuvo mayor figuración que él, fue más noticia y seguramente hubiera representado mejor al país en la Sala de Reuniones de la Cumbre si le hubieran dejado hablar.

Las firmas contra el Decreto de Obama – recogidas de forma fraudulenta, obligatoria y bajo presión – quedaron en Caracas. Servirán para suplir la escasez de papel toilette porque, como ya lo anunció la Jacobson, el Decreto no tiene vuelta atrás.

El “ninguneao” trató de montar el show clásico de los socialistas. Ese que consiste en mostrarse víctima del imperialismo, gritar que todo lo malo que le  pasa a su país es culpa de los EEUU, y a la vez resaltar una fantasiosa extirpe de héroes luchadores al estilo David y Goliat.

Da la casualidad que Obama hizo lo que tenía que hacer: salirse del salón para no escuchar semejante catajarra de incoherencias. El ignorado extendía teatralmente la mano, ofreciéndosela a un inexistente Obama. Su discurso fue lastimoso, mostrando todas las debilidades que le caracterizan en el cargo que ejerce.

Algunos Presidentes miembros del CCV – Club de Chulos de Venezuela – cumplieron, para salir del compromiso, con el saludo a la bandera de pedir la derogatoria del decreto de Obama. Todos con más timidez que ganas.

Al final, los dos cuartobates se llevaron todos los titulares. Las fotos de primera página en la prensa mundial se han enfocado en lo trascendente de esta Cumbre, que no es más que el histórico paso de acercamiento y regularización de relaciones que se está dando entre Estados Unidos y Cuba.

Se dice que Obama atendió por 5 minutos en un pasillo que conduce a un baño al ninguneao. No tengo evidencia, pero con toda seguridad Obama lo habrá ubicado donde es.

“Bájate de esa cumbre”, pues.

En el mismo momento en que en Venezuela su Gobierno decidía reducir a una microscópica expresión los dólares para viajeros – medida que virtualmente le cercena de cuajo las posibilidades de viajar a toda la clase media venezolana – a Panamá alegremente se llevaron 1500 adeptos al oficialismo, con avión y hotel pagados más $400 de viáticos para cada uno, a que hicieran ruido.

Por supuesto, el ninguneao tiene todo un aparato de propaganda en Venezuela con el que intentará vender la especie de que sus fracasadas peripecias fueron un éxito. “VictoriaEnPanama” y similares serán nuestro plato por varios días.

Por suerte, ya nadie les cree.

La pregunta es: ¿acaso toda esta parafernalia resolvió aunque sea en una mínima porción los inmensos problemas de escasez, inflación e inseguridad en Venezuela?