Asamblea Nacional aprobó acuerdo sobre crisis alimentaria

A man walks in front of a supermarket in Caracas, Venezuela on January 28, 2016. The economic debacle of Venezuela deepens as oil prices are bottoming out.  AFP   PHOTO/JUAN BARRETO / AFP / JUAN BARRETO
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El parlamento aprobó el acuerdo sobre crisis alimentaria tras discutir el desabastecimiento de alimentos y sus implicaciones en la calidad de vida de los venezolanos.

El sociólogo y profesor de la Ucab, Luis Pedro España, realizó su intervención al recordar que el Instituto Nacional de Estadística no publica cifras sobre producción de alimentos y que de acuerdo a encuestas de opinión, parte de la población tarda más de 10 horas en conseguir alimentos.

En este sentido, pidió al parlamento exigir al INE las cifras correspondientes para que las universidades puedan desarrollar estudios que ayuden a solventar la crisis.





“No hay que ser nutricionista para saber las consecuencias de la dieta que lleva ahorita el venezolano”, aseveró.

Minutos más tarde, el diputado Julio Borges afirmó que la producción agrícola ha caído más del 87% y que “este modelo lo que ha hecho es destruir el empleo en Venezuela”.

“Proponemos que se declare la emergencia real del tema alimentario y que el gobierno haga frente con decisión y medidas completas para dejar de prorrogar esta situación tan grave”, exhortó.

De esta manera, planteó la Ley de Producción Nacional para contrarrestar al actual modelo, así como la creación de un equipo de la AN para que audite la capacidad instalada de las empresas expropiadas. “Todo está diseñado para que no haya inversión, creación de empleos ni producción”, añadió.

En contraste, el diputado chavista Ricardo Molina culpó a la empresa privada y dijo que de aprobarse la emergencia alimentaria será necesario intervenir las empresas Polar por supuestas irregularidades. “Más del 90% de los centros de expendio son privados y obligan a la gente a hacer colas”, dijo.

Molina habló de factores que buscan crear “una condición psicológica” para acentuar la crisis alimentaria.

Andrés Eloy Camejo, diputado por la MUD, aplaudió la propuesta de declarar la emergencia luego de recordar que en 2004 el país se abastecía con 70% de producción nacional, pero ahora  el campo está el ruina debido a que un solo caucho de tractor cuesta 500 mil bolívares.

“En lugar de implementar soberanía alimentaria, instalaron soberana hambruna”, sentenció.

El diputado de la bancada mayoritaria, Freddy Superlano, señaló que Agroparia se ha convertido en el monopolio de los agroquímicos en el país. “60% del maíz, 40% del arroz, 70% del azúcar y 82% del café que consumimos es importado, la situación es sumamente caótica”.

“Vamos a cambiar de modelo y lo vamos a hacer de la manera pacífica, democrática y constitucional”, aseveró.

Para recordar que las expropiaciones del gobierno no funcionan, destacó que este posee el 50% de la industria láctea y aún así no hay leche en los anaqueles. Declaraciones que fueron respaldadas por el diputado opositor Chaim Bucaram.

Sin embargo, el parlamentario Carlos Gamarra dijo que “detrás de declaración de crisis humanitaria hay una intervención de fuerzas extranjeras en Venezuela” y que “en la 4ta República” los niños tomaban agua de perrarina como teteros.

Tras el debate, fue aprobada la Ley de Producción Nacional propuesta por la bancada opositora de mayoría en la Asamblea Nacional que plantea incentivos a los productores; reducción de la permisología y la burocracia, revisión de las empresas expropiadas, recuperación de 4 millones de hectáreas expropiadas y un sistema de precios que permita producir sin pérdidas.

Advertencias

Fue el pasado jueves cuando el diputado Julio Borges reiteró la gravedad de la crisis y aseguró que la inacción del Gobierno no puede seguir condenando a la población. “Según la cámara que agrupa a las empresas de alimentos la producción ha caído 10% en los últimos cuatro meses”, dijo.

Distintos parlamentarios se han pronunciado en reiteradas ocasiones sobre la urgencia de la producción nacional como ayuda para superar la actual situación, donde los venezolanos pasan horas en largas colas para adquirir productos en cantidades limitadas. (lapatilla.com)