Padre Palmar conmemora 31 años de sacerdocio en el destierro y abandonado por la Iglesia

Padre Palmar conmemora 31 años de sacerdocio en el destierro y abandonado por la Iglesia

Foto: Cortesía.

 

Desde la ciudad de Orlando, Florida, luego de pasar por 56 casas, en diferentes ciudades y cuatro estados de Estados Unidos, el padre venezolano, exiliado en Estados Unidos, perseguido por el narcorégimen de Nicolás Maduro, José Palmar cumple 31 años de su investidura como sacerdote, sin un templo para su misa de bendición. Así lo reseñó el medio en español estadounidense Miami Mundo en una entrevista con la periodista Vanessa Rodríguez.

En exclusiva para Miami Mundo, el padre Palmar como es conocido por los venezolanos reveló que son tres dolores en uno los que siente este día. “El primero, dejar la patria; el segundo, no tener parroquia ni comunidad eclesiástica, celebrando las misas en las catacumbas como los primeros cristianos; y tercero, ver la angustia de Venezuela sumergida en esa situación de tragedia social-económica”.





Describe que vive en una “casita” que logró alquilar en el condado de Osceola, en Florida, y trabaja como obrero, mantenimiento, “a veces me sale trabajo en el aseo urbano, corto grama, hago bendiciones de casa y oficinas” para costear sus gastos y enviar dinero a su familia en Venezuela.

Por lo que, asegura que “es una especie de martirio en vida”, lo que esta viviendo en los que “a veces me entra la desesperanza y otras me animo”. Sin embargo, destaca que ha seguido adelante gracias a la fe. “Siento que Dios no me ha abandonado, son pruebas para que pudiéramos seguir manteniendo el arrojo de la voz profética (…) Yo creo que el que se mete al trabajo ministerial que yo comencé en Venezuela tiene que asumir las consecuencias del dolor, sufrimiento y agonía que estamos pasando“.

Durante su exilio

Igualmente, dijo que en su exilio ha recibido apoyo solidario de cientos de compatriotas venezolanos que de una u otra forma se apoyan mutuamente, “aquí muchos de los amigos se han convertido en hermanos, en familia”.

Al ser consultado sobre el apoyo de la Iglesia Católica en su situación, el padre Palmar nos indicó que tiene más de 18 meses esperando una audiencia de un obispo. Expresando que “ni un vaso de agua con un cura me he bebido en Estados Unidos“, José Palmar, aseguró que se le hizo más facil hablar con el vicepresidente de la nación que con un miembro de su Iglesia.

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