Con Telesur, los cubanos están viendo por televisión escenas insólitas

(Foto AP)

Desde hace un par de semanas, los cubanos están viendo por televisión escenas para ellos insólitas.

Han escuchado a un candidato de la oposición ecuatoriana comparar al presidente Rafael Correa —un aliado firme del gobierno cubano— con Michael Jackson: el mandatario camina como si estuviera avanzando, pero en realidad va hacia atrás, dijo el político.

Por ANDREA RODRIGUEZ,Associated Press





Se han enterado de que 250 millones de latinoamericanos tienen internet, una tecnología a la que tiene acceso menos del 10% de la población de la isla, y han visto en vivo la juramentación del presidente estadounidense Barack Obama.

Esto que es común en otros países tiene poco que ver con el aburrido menú habitual de la televisión estatal cubana de contenidos estrictamente controlados, diatribas reiteradas contra el embargo estadounidense, exaltaciones obsesivas de la eficiencia y homenajes a aniversarios menores de la revolución de 1959.

La nueva atracción entre los cubanos es Telesur, la cadena multinacional con base en Venezuela que desde el 20 de enero, con 12 horas de transmisión diaria, les ha abierto una ventana al mundo. La emisión de la cadena fue acogida con gusto por la población y considerada por analistas como un paso audaz del gobierno enfrascado en una reforma paulatina de la isla.

“Es una ventana al mundo. Es una forma diferente de ver las cosas”, comentó a la AP, Marcos Guizaldivar, un empleado de 41 años. “Sería bueno que la dejaran las 24 horas”, agregó.

Muchos cubanos destacaron la dinámica informativa en tiempo real, la frescura de sus presentaciones, las cortinillas con buena música y la calidad visual de los productos.

Para varios analistas, las transmisiones de Telesur —cuya línea política es afín a la izquierda continental— tendrá un impacto tan notable a largo plazo para los cubanos como el aún pendiente acceso a Internet, la nueva ley migratoria que elimina las restricciones para los viajes y la flexibilización de las rígidas estructuras estatales de la economía.

Con la puesta al aire de Telesur la oferta informativa en la nación caribeña se diversificó no solo con notas antes impensables, sino también documentales con una edición moderna; programas amenos y presentadores haciendo preguntas incisivas a sus entrevistados, explicaron televidentes cubanos.

El caso de la cadena es único en un país en el cual el control estatal de los medios de comunicación es total y las portadas de los dos diarios nacionales —Granma y Juventud Rebelde— repiten las mismas fotos, con idénticos pies y los artículos sostienen la posición gubernamental con iguales argumentos día tras día.

Hasta los críticos del modelo cubano y su prensa afirmaron que la llegada de Telesur es algo encomiable.

“Creo que es un hecho positivo (la transmisión de Telesur) en Cuba, donde todos los medios son controlados por el Partido Comunista”, expresó a la AP Carlos Lauría, del Comité para la Protección de los Periodistas con sede en Nueva York.

Con todo, su alcance es “limitado porque no hay una visión distinta o crítica donde se exprese disenso”, acotó.

Temas sensibles de índole doméstica para Cuba como los problemas con la vivienda o actividades de la pequeña comunidad disidente podrían estar fuera de la cobertura de Telesur, dijo Lauría.

Inaugurada en 2005, Telesur cuenta con el 70% de participación accionaria de Venezuela y el resto está compuesto con aportes de Argentina, Paraguay, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y otros auspicios latinoamericanos.

Su objetivo, explicaron sus creadores, es fomentar la integración informativa entre los latinoamericanos que desconocen las realidades de sus países vecinos y compensar la visión noticiosa de las grandes transnacionales como CNN, Univisión, la BBC World News, TVE Internacional y Deutsche Welle.

Para el economista cubano Arturo López-Levy, quien trabaja en la Universidad de Denver, la cobertura de Telesur, aunque alineada con el gobierno cubano en temas generales enfrenta, por su alcance global, un mercado de información abierto y en competencia con poderosas cadenas privadas.

“La población va a estar expuesta a un modelo político que distingue entre la oposición leal y la traición… que no implica una aceptación acrítica”, expresó a la AP Lopez-Levy.

La programación de Telesur da también a los ciudadanos de esta nación insular un pantallazo a un mundo más moderno, desordenado y de consumo.

A lo largo de estos días los cubanos vieron, por ejemplo, el uso de tecnologías que les son ajenas como el seguimiento de las elecciones de Ecuador mediante aplicaciones para teléfonos celulares, algo impensable en la isla donde el acceso a internet es caro y restringido.

Durante una tarde Telesur cubrió un periodo de sesiones de la Asamblea Nacional de Venezuela, el Congreso, con diputados de la oposición defendiéndose a los gritos de las acusaciones de sus pares oficialistas. En el Parlamento cubano reina generalmente la unanimidad y los debates no son visibles.

“Telesur es algo completamente novedoso para nosotros”, dijo entusiasmada a la AP Felipa Martínez, una jubilada de 68 años, quien destacó la calidad de la imagen. “Lo valioso también es que una puede actualizarse internacionalmente”.

Los cubanos además podrán ver resúmenes del baloncesto de la NBA. Una vez que comienza la temporada de béisbol, tendrán información sobre, por ejemplo, Aroldis Chapman, Yoenis Céspedes y otras estrellas cuyos nombres desaparecieron de los medios oficiales después de su salida del país.

“Poner Telesur es un desafío que el gobierno ha aceptado”, expresó a la AP el analista y ex diplomático cubano Carlos Alzugaray.

La cadena transmite en señal abierta todos los días de 8 de la mañana a 4 de la tarde, luego regresa a las 8 de la noche y se extiende hasta la madrugada.

Durante algunos años se pasaron dos horas diarias diferidas, lo que evitaba cualquier contenido objetable por parte de las autoridades.

Es cierto que en los últimos años los cubanos tuvieron acceso a contenidos informativos del extranjero pues aunque no son legales, centenares de personas instalaron en sus techos antenas satelitales contratadas en Estados Unidos.

Además, en los hoteles y empresas extranjeras hay una señal de cable legal que ofrece canales en español, inglés, alemán y hasta en chino.

También en los últimos años se desarrollaron “bancos de películas” —inscriptos legalmente— que ofertan, pirateados, desde los últimos estrenos de Hollywood hasta seriados populares como “Dr. House” o “Sex and the City””.

Bajo estas circunstancias, el propio presidente Raúl Castro llamó en discursos recientes a los periodistas nacionales y sus medios de comunicación a romper la inercia y elevar la calidad de sus productos poco creativos y aburridos.

La presencia de Telesur, sin embargo, podría ser un estímulo para la prensa cubana o contribuir al cambio de mentalidad que pidió el propio Castro para acompañar las reformas económicas.

Telesur tiene “un modelo distinto (al cubano) de hacer periodismo. Un modelo que muchos estamos demandando que el periodismo cubano haga”, comentó Alzugaray. La decisión de incorporar en la programación a Telesur demuestra “que el cambio de mentalidad va en serio”.

“Es una forma de decir: bueno, podemos tener una política revolucionaria con discusión y diversidad”, manifestó Alzugaray.