Alberto Franceschi: Hipótesis sobre adónde vamos

Alberto Franceschi: Hipótesis sobre adónde vamos

Provoca comenzar diciendo: escoja la que más le guste, porque  no se trata de  discutir y preferir una opción, sino de pronosticar las típicas conductas que trancarán el serrucho, y como es costumbre en la historia universal, difícilmente se llegue  a la racionalidad de un acuerdo,  prefiriéndose que la confrontación imponga el sello de predominancia de los intereses de uno de los sectores en pugna.

Lo que es imposible es andar de arúspice y  predecir  el orden final  de los acontecimientos que nos llevarán a otra etapa en la conducción del país  en crisis y si el costo para llegar a ella seria pagable, moralmente aceptable, pero por sobre todo si era inevitable pagarlo  sin haber agotado la manía de confrontar en lugar de transar.

El velorio inevitable es la señal  del cambio brusco que  desatará  los demonios. Se abrirá  un creciente vacío de poder y  la troika Maduro- Cabello- Ramírez se empeñaran no solo en negarla sino en  profundizar el divorcio con el país,  que empezará a vomitarlos.





La primera hipótesis  versa entonces  sobre la constatación que los de “la troika” se ponen brutos y cómicos creyéndose  portadores de una herencia, de  fortalezas tales,  que pueden  seguir gobernando  contra dos tercios del país y contra 9  de cada  10  de quienes producen o distribuyen bienes, y creyéndose portadores de un portentoso apoyo popular,  cuando solo reúnen el aplauso de  beneficiarios de la economía vudú de repartos, despilfarros y prevaricaciones a granel,  mientras había mucho,  porque al recortar esos beneficios, como será  irremediablemente el caso, les saltarán también a  la yugular del gobierno.  Y esto va desde grandes banqueros que  hasta le  han servido de apoyos limitados  a la oposición sifrina con complicidad gubernamental, hasta pedigüeños de toda condición social, donde los más vehementes serán  los del propio partido de gobierno, que  van a embochinchar todo exigiendo las reivindicaciones del “pueblo chavista” y el subsidio masivo de la manguangua  como estaban acostumbrados con “el comandante”.
Si luego del velorio, la Troika con Maduro  en la presidencia, luego de  unas elecciones  otra vez fraudulentas, pretende seguir dirigiendo el país a punta de insultos, mentiras e ideología barata,  amen de su reiterado entreguismo a los tiranos cubanos, es cuestión solo de pocos meses, que se entre en el torbellino de una confrontación  en escalada que por supuesto tendrá  los pleitos  en los cuarteles  como telón de fondo decisivo.

Para sostener esta línea de conductas suicidas, resulta propio de chambones esa tirantes generada  contra un partido como el PJ y su candidato,  que han dado reiteradas garantías al régimen y a quienes deberían más bien conservar como los impostores representantes de nuestro sector,  para  volverles a usar como preservativo electoral.

Por eso hay quienes sostengan, con toda clase de  argumentos válidos, que todas estas invectivas contra PJ y Capriles son puro teatro, para darles la predominancia perdida, -a raíz del 7-O-  que necesitan en el campo opositor y  generar así el delirante debate de falsas trincheras  de imposturas  entre los protervos “herederos de Chávez”  y  del lado nuestro las inocentes  palomas de la paz ensangrentadas como mártires de la calumnia como son nuestros portentos del heroísmo sifrino.

Lo lógico es pensar entonces que luego de estos teatros y del velorio pendiente,  por fin estos brutos del cogollo heredero se jueguen a fondo por dar  importantes concesiones a  la llamada oposición electoral,  de manera que esta pueda seguir  abusando de la  ingenuidad  y  del cinismo colectivo, propios de los  grandes bandos en que se divide nuestro electorado, no chavista.

Porque lo lógico  es que si ha de tener viabilidad  la continuación de este régimen, es  basándose en grandes concesiones. Por eso sostengo que cuando se juegan a siquitrillar,  desde las elecciones de  diciembre,   y ahora  con insultos y provocaciones dictatoriales de toda suerte, preparando  una eventual elección fraudulenta de Maduro y luego un arrase en las municipales de mediados de año, habrá que concluir que definitivamente estos  tapados nunca entenderán que gobiernan un país que está a punto de mandarlos al cipote por otros medios, incluyendo el de la fractura militar.

Necesitamos repudiar el sistema electoral fraudulento y obligar realizar unas elecciones limpias.

Debe  escogerse un candidato que no sea  gallina para ganar y poder defender el triunfo, buscando por todos los medios  evitar una confrontación cuando toque decidir, en medio del vacío de poder,  quien ha de gobernar este país cuando termine esta pesadilla del chavismo hegemónico. Porque su hegemonía  se va con la vida  de su caudillo y al quedar en bancarrota la oposición colaboracionista que le servía de sostén.

Una nueva dirección opositora debe imponer esas elecciones democráticas, para lograr  la segunda independencia y poner fin a la dominación colonial castrista.

Debe constituirse un gobierno de transición de dos años, que reordene institucionalmente el país, ponga sobre sus pies la economía y emprenda el rescate de Venezuela para reconstruir la concordia y unidad nacional.