Pacientes con cáncer deben peregrinar para hacerse estudios

Ser el único oncólogo infantil en la zona sur de Anzoátegui es sinónimo de responsabilidad para Luimer Gómez, quien desde hace cuatro años está a cargo de esta especialidad en el hospital Felipe Guevara Rojas de El Tigre.

 





Texto diario El Tiempo

Desde su pequeño consultorio, decorado con dibujos infantiles y peluches, el especialista supervisaba el tratamiento de quimioterapia que recibía un joven del municipio Monagas, mientras conversaba con El Tiempo.

La rutina diaria del galeno lo llena de satisfacción. Por eso decidió dar un paso más y tuvo la iniciativa de crear la Fundación de Niños con Cáncer una Esperanza para la Vida en El Tigre (Fudacanti), sin fines de lucro.

-¿Qué lo motivó a formar esta fundación?    

-Fundacanti nació el 1° de agosto de 2011 con el objetivo de prestar ayuda benéfica a niños y adolescentes que presenten síntomas o que se les haya diagnosticado el cáncer. Cuento con un voluntariado de damas, muchas de ellas, madres de pacientes que tienen este tipo de  enfermedad,

-¿Tiene Fundacanti una meta específica en lo que a atención y servicio directo a  pacientes con cáncer se trata?

-La idea es establecer una sede propia, porque actualmente trabajamos dentro del consultorio que es un espacio público  demasiado pequeño. Esperamos tener un área con hospedaje para pacientes lejanos,  para que se queden sus familiares y tengan acceso a la  cocina, lavandería y si es factible, tener un espacio para dictar conferencias y ese tipo de acciones.

-¿Actualmente, cuál es el promedio de diagnósticos en la consulta oncológica?  

-Estos suben y bajan. En oncología hacemos los  diagnósticos, hay mejorías o  lamentablemente, no las hay. En  cáncer  infantil hacemos  cinco diagnósticos al año, por eso las cifras son bajas. Aunque lo otro que influye es el desconocimiento que existe en la zona sobre el servicio. Todavía hay especialistas y personal hospitalario que desconoce que hay una consulta de oncología infantil aquí, al sur de Anzoátegui.

-¿Cómo influye este desconocimiento en la salud de los pacientes que aún no son atendidos?

-Los pacientes están siendo mal canalizados porque  lo primero que le dicen a una persona  con cáncer, es que hay que llevárselo a Barcelona o Caracas. Cuando en el hospital de El Tigre esta especialidad tiene cuatro años. La idea es depurar los servicios. No puede ser que todo el mundo se vaya a Caracas existiendo  un oncólogo aquí. Las drogas para el tratamiento son las mismas aquí que en Caracas o Estados Unidos.

-¿Cuántos  pacientes atiende a la semana en  su consulta?  

-De lunes a  viernes recibo pacientes. Hay días que vemos cuatro y hasta 10 personas, la cifra es variable. Pero no todos presentan una patología cancerígena. Algunos vienen por orientación o tienen dudas sobre el diagnóstico. Otros son pacientes con síndrome de Adenomegalias, (aumento del volumen de los ganglios). Pero pacientes diagnosticados tenemos cuatro, que están recibiendo tratamientos. Es importante resaltar que aquí atendemos también  a pacientes de los municipios Monagas y Miranda, incluso, hasta de los estados Monagas y Bolívar hemos recibido.

-¿En su opinión, a qué cree que se deba la falta de especialistas en Oncología en la zona?

-Yo creo que parte de la crisis que atraviesa  el país se conjugó para que pasara esto. Porque la Oncología ya no es una subespecialidad es una especialidad. Aquí hay pacientes con patología neoplásica y no hay un oncólogo clínico. En  2012, según las cifras, hubo 525 pacientes adultos diagnosticados en el hospital, pero tienen que ser referidos a otros centros porque no hay oncólogo clínico. Yo atiendo a los pediátricos, pero no tengo las herramientas ni los conocimientos para manejar los casos clínicos.

-¿Es por esa razón que trabaja en un proyecto para una unidad oncológica?

-Con la  unidad oncológica las nuevas autoridades de salud de la zona sur están muy entusiasmadas. Ellos quieren que la fundación elabore un macroproyecto que incluya radioterapias, estudios de imágenes, laboratorios, banco de sangre, anatomía patológica y hospitalización, es decir, casi un hospital oncológico. Están pensando a futuro y si eso se logra, que espero que sí, podremos brindar un servicio óptimo. Hay pacientes que son diagnosticados en otros centros, y aquí le seguimos el tratamiento. Así como pacientes adultos a quienes le aplicamos tratamientos.

-¿Cómo hacen los pacientes que vienen de otros municipios y que son de bajos recursos para practicarse los estudios o hacerse los despistajes de cáncer?

Es un peregrinar, porque los pacientes no tienen dinero. Aunque suene contradictorio, la mayoría de los niños que padecen estas enfermedades son de escasos recursos, a diferencia de que en el adulto, el cáncer ataca sin distingo social. En nuestro caso, los familiares de mis pacientes a veces no tienen ni para pagar pasajes, comida ni hospedaje. Las damas voluntarias del hospital nos apoyan con la alimentación. Cuando se requiere de algún examen o estudio especializado, el Rotary El Tigre y otras instituciones nos brindan la mano.

-En cuanto a los medicamentos para aplicar las quimioterapias, ¿cómo hace el paciente para obtenerlas? 

-El Seguro Social se encarga de eso. Gracias a Dios no hemos tenido ningún problema con eso. Ellos van y retiran la droga, claro que es otro peregrinar, ya que deben llevar los récipes, los informes, llenar planillas. Y cada vez que se hagan quimioterapias deben hacerse exámenes de laboratorio. Por eso es que cuando son de zonas retiradas deben quedarse en El Tigre.

-Mientras se consolida el proyecto de la unidad, ¿hay posibilidad de ampliar el área para atención?

-En este lugar tan pequeño  evalúo, examino, aplico tratamientos, mezclamos las drogas y eso produce toxicidades, pese a que tenemos  una campana de flujo laminar. Pero  el personal de Enfermería, los pacientes,  mi persona, hasta ustedes  cuando vienen están expuestos. Es por ello, que hay la necesidad de un área más grande, y yo creo que sí se puede lograr.

Detalles   

El doctor Luimer Fernando Gómez Rojas nació en San Cristóbal, es tado Táchira. Es ariano.

Se graduó de médico cirujano en la Universidad de los Andes (ULA), extensión Táchira en el año 1998 y tiene un postgrado en Pediatría y Puericultura en esta alma máter andina.

Posteriormente, se mudó a Caracas, para continuar formándose y realizó un postgrado en Oncología Infantil.
Finalizado este estudio, hace cuatro años se residenció en la capital de Simón Rodríguez. Trabaja en el hospital Guevara Rojas de El Tigre y en el sector privado atiende consultas pediátricas.

Es miembro de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría. Es secretario de la Sociedad Venezolana de Oncología, capítulo Pediatría.

Realizó el año pasado una especialización de dos meses sobre tumores sólidos en España.

Es presidente de la Fundación de Niños con Cáncer una Esperanza para la Vida en El Tigre (Fudacanti) y encargado de la franquicia del Dr. Yaso en la localidad sureña.

Dentro de sus metas a corto plazo, está viajar a Torino, Italia, para realizar otra especialización en tumores sólidos.
El oncólogo infantil está de la mano con la tecnología y las redes sociales, tanto así,  que manejan dos cuentas en twitter: @FNCET (de la fundación) y @DrLuimerGomez,  donde lo pueden contactar.