Las primeras palabras de Francisco I

El papa Francisco I, primer pontífice latinoamericano de la historia de la Iglesia católica, el argentino Jorge Mario Bergoglio, comenzó su pontificado este miércoles desde el balcón de San Pedro con un gesto inédito: pidiendo al mundo que bendiga a su obispo y no impartiendo la bendición al mundo.

Un gesto sorprendente, casi una revolución para el líder de la Iglesia de 1.200 millones de católicos, de los cuales casi la mitad residen en América Latina y hablan español como él.





“Comenzamos este camino, obispos y pueblo, un camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a toda la Iglesia. Oremos siempre los unos por los otros y todos por el mundo. Para que haya una gran fraternidad. Que este camino de Iglesia que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi cardenal vicario, aquí presente, sea fructuoso para la evangelización”, declaró.

“Os pido un favor. En lugar de que el obispo bendiga al pueblo, quiero que la plegaria del pueblo pida la bendición para su obispo”, propuso.

“Recen por mí y nos vemos pronto. Mañana pediré a la Virgen que proteja Roma. Buenas noches a todos y que descansen”, concluyó Bergoglio.

Antes había pedido una bendición para su predecesor Benedicto XVI, que renunció a su cargo en febrero, algo que no ocurría desde hacía siete siglos.

“Quiero antes que nada pedir una oración para nuestro papa emérito Benedicto XVI. Oremos para que el Señor lo bendiga y la Virgen María lo proteja”, rogó.

AFP