Sargento que rescató a Chávez el 12-A está al borde de la muerte

El sargento mayor de segunda del Ejército, Carlos Manuel Carreño Muñoz, quien rescatara a Chávez en La Orchila el 12 de abril de 2002, denunciará posteriormente la alianza entre Acosta Carlés y Walid Makled; sin ser escuchado, quien permanece recluido en Ramo Verde pagando por un delito que asegura no cometió, estaría al borde de la muerte según denunciaron familiares tras detallar que su estado de salud se deteriora cada día.

Así lo reseña DiaroLaRegion – Daniel Murolo

Alertaron que Carreño, además de presentar problemas renales crónicos, sufrió hace un mes un infarto. Detallaron que el pasado 2 de noviembre el hoy recluso desde hace 7 años presentó el examen psico-social realizado por el Ministerio de Asuntos Penitenciarios y salió favorable. “Los resultados fueron enviados por este ministerio el 22 de noviembre según oficio número 887 al Tribunal Primero de Ejecución del estado Carabobo el cual todavía no se ha pronunciado a pesar de estar en conocimiento de la grave enfermedad que padece”, dijeron familiares a La Región.





Agregaron que la ministra Iris Valera habló personalmente con Carreño a finales del año pasado, “él le entregó en sus manos el informe médico de nefrologia y ella prometió que lo iba a ayudar y todavía nada, está muy grave y cada día se deteriora más su salud”. Carreño estaría sufriendo fuerte dolores postrado en la cama de su celda ubicada en el Centro Nacional de Procesados Militares, ubicado en el sector Ramo Verde de la capital mirandina. “En los últimos cuatro meses ha rebajado 13 kilos producto de la enfermedad, exigimos que una fiscal de derechos fundamentales se presente cuanto antes en la cárcel, si Carreño muere el Estado será el único responsable”, agregaron familiares.

Denuncia recurrente
En 2011 el sargento envió una carta pública a la ministra Valera; en la misiva, con fecha 03 de noviembre, Carreño la alerta sobre la violación de sus derechos constitucionales por parte de “algunos miembros del Poder Judicial del estado Carabobo” y pide revisar detalladamente su caso.

– Yo tenía que estar libre desde hace dos años aproximadamente y optando por un beneficio de la fórmula alternativa del cumplimiento de la pena,como el tribunal de mi causa en Carabobo no ha ordenado realizarme los exámenes necesarios, aún sigo privado de libertad. Agregó que en noviembre de 2010, al observar que se retardaba su proceso, Carreño solicitó que se le asignara un tribunal de ejecución del estado Miranda de supervisión y vigilancia; “fue cuando en fecha 28-01-2011 me fue asignado el Tribunal 4to de Ejecución a cargo del juez Ricardo Rangel, quien ha estado muy pendiente de mi caso pero no ha podido lograr que me hagan los exámenes por no haber recibido el cómputo de mi pena debidamente firmado y certificado por parte de la juez 1era de ejecución de Carabobo”.

– No quisiera pensar que nuevamente el narcotraficante y traidor ex gobernador de Carabobo, Luis Felipe Acosta Carlés, tenga las manos metidas en mi caso como ya en anteriores oportunidades lo ha hecho por venganza hacia mi persona por haberlo desenmascarado ante el presidente de la República, el país y especialmente el pueblo de Carabobo, por los vínculos y conexiones que siempre tuvo con la mafia Makled.

“Recurro a usted ministra Valera con la esperanza y seguridad de que como mujer luchadora por los derechos humanos y fiel defensora de nuestra Constitución y leyes, se hagan cumplir los beneficios que por ley me corresponden (…); al igual que yo hay muchos casos de injusticia los cuales seguirán saliendo a la luz pública, espero que usted tome cartas en mi caso”, finaliza el manuscrito.

Un crimen que asegura no cometió
El sargento fue involucrado en el asesinato del boxeador David José Paredes, hecho ocurrido cuando se enfrentaban bandas rivales en un caserío cercano a la ciudad de Valencia, frente a su residencia. “Yo fui quien llamó a la policía al escuchar las detonaciones cuando me encontraba con mis hijas viendo televisión (…) Los culpables del hecho, dos azotes de barrio, entre ellos un adolescente, fueron capturados y aunque confesaron su crimen y me desvincularon del mismo, fueron juzgados y permanecen en libertad tras recibir una medida cautelar sustitutiva de libertad”.

“Mi pecado fue no ser un delincuente. Yo sigo preso gracias a los tentáculos de poder que aún mantiene Acosta Carlés en la justicia y dentro de las Fuerzas Armadas Bolivarianas (…) Yo lo que pido es que magistrados imparciales lean mi expediente para que se haga justicia”, destacó. Dos jueces, un fiscal del Ministerio Público y un comisario del Cicpc han sido expulsados de sus organismos al detectarse irregularidades en el manejo de este caso.