Nadie duda ya de la relevancia que tienen las redes sociales en el día a día de las personas. Ni si quiera César Farías, el astuto entrenador de la selección nacional de fútbol, que formalizó hace menos de un mes su presencia en Twitter (@dtcesarfarias) y, desde entonces, no ha dejado de tuitear ni un solo día.
El Farías del tuiter es muy diferente al estratega impulsivo y desafiante que se observa en las concentraciones de la Vinotinto: es cercano, distendido. Indistintamente de las opiniones emitidas, de cuánta utilidad se le encuentran a sus mensajes o del sentido que puedan tener, es evidente que el estratega utiliza la red 2.0 para exteriorizar el dominio que ejercer sobre el balompié criollo y mantener a los fanáticos sumergidos en un sueño común: el de llegar a Brasil 2014.
Obsesivo como en todo los que le apasiona, el Farías de las redes sociales es constante, minucioso en el manejo de los detalles de su cuenta. Es preciso y tiene olfato para opinar sobre temas noticiosos que salpican a algunos de sus pupilos.140 caracteres le son suficientes para elogiar a alguno de los suyos o criticar una lectura técnico-táctica que contradiga su filosofía de juego.
Objetivo común
Ante los escuetos boletines de prensa de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), @dtcesarfarias pasó a ser el epicentro informativo de la selección nacional. Allí es donde se detallan los partes médicos de los jugadores venezolanos lesionados y se amplía la información de la logística que se llevará a cabo para las concentraciones de la selección absoluta.
Cada mensaje de César Farías en Twitter contiene dosis bien administradas de sentido común. Pareciera, incluso, que el entrenador está al tanto de un reciente estudio que hizo GMR Marketing, que señalaba que en Estados Unidos el 81% de la población ya utiliza Internet como principal fuente de información de la actualidad deportiva. De ese porcentaje, el 41% entra en Twitter o Facebook para ver la última hora sobre su deporte favorito, mientras que el 40% restante prefiere páginas web. Por detrás, a gran distancia, quedan la televisión (13%), la radio (4%) y otros medios (3%). Esos números no varían mucho en los demás rincones del planeta.
Más información en el diario La Verdad.
