José Fernando Azpúrua Sosa: #Yo Soy El Comando

No me cabe la menor duda de que Venezuela recuperará la senda democrática este año. Lo que no está claro aún es cuándo y cómo. La economía nacional viene soportando 14 años de pésimas políticas y no ha terminado de colapsar gracias a los altos precios del petróleo. Sin embargo, la destrucción absoluta del aparato productivo nacional, la disminución de la producción petrolera, la exorbitante magnitud de la deuda pública y el grotesco sobredimensionamiento del Estado, hacen absolutamente inviable la gobernabilidad si resultara electo presidente un incapaz como mentira fresca. En ese dramático caso, no llegaría al último trimestre del año sin que ocurriera un estallido social o algún tipo de rebelión militar. Sólo basta recordar que Nicolás Maduro no es Chávez. No posee apoyo popular ni ascendencia alguna en las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas.

No desperdiciemos la oportunidad de reconciliarnos y reconstruir nuestro país. La única manera de evitar que se siga deteriorando, es asegurando que Henrique Capriles sea electo presidente el Domingo, ya que él sí dispone de la capacidad y equipo necesarios para enfrentar con éxito la terrible crisis que tenemos encima.

El régimen ha invertido todos nuestros recursos en sembrar la matriz de opinión de su imbatibilidad para desmovilizar a la oposición y han sido tan eficientes, que algunos sectores han comprado el argumento, contribuyendo a que el resultado final sea una profecía autocumplida. Es decir, se haría efectivo el resultado previsto por los más escépticos, precisamente por no haber votado. Sobre todo si consideramos que éste debería ser un proceso muy cerrado, en el que cada voto realmente podría marcar la diferencia.





Si bien es cierto que la victoria no está garantizada, no menos cierto es que tenemos verdaderas posibilidades de ganar, pero sólo si todos los que votamos por Henrique Capriles el 7 de Octubre nos activamos, no sólo para volver a votar por él, sino para convencer a algún indeciso de hacerlo también y nos organizamos para cuidar nuestro propio voto. No es Henrique Capriles el encargado de cuidar nuestros votos. Cada uno de nosotros somos el Comando Simón Bolivar. Estamos ante un proceso muy desigual, repleto de abusos y excesos ignorados por el árbitro, pero no hay forma de alterar nuestra voluntad una vez que depositemos nuestro voto.

La verdad es que no existen salas de totalización paralelas, los errores del REP son los mismos para ambas tendencias, las estaciones de información al elector no transmiten información al PSUV y el efecto intimidatorio de las capta-huellas es mucho menor de lo que pudiera pensarse. La diferencia siempre ha estado en la capacidad de movilización que un régimen corrompido hace utilizando todos los recursos públicos. Ponen el dinero de todos los venezolanos al servicio de su propaganda y utilizan todos los bienes públicos para movilizar.

La oposición, por su parte, cuenta con el voto espontáneo. Millones de venezolanos que estamos hartos de que el destino de nuestro querido país sea dirigido por una cuerda de hampones, a quienes sólo les interesa mantener privilegios que jamás hubieran conocido con trabajo honesto. Hoy quienes aspiramos un país de progreso y oportunidades somos más de los que el régimen está en capacidad de movilizar, pero hace falta que ejerzamos nuestro derecho y que garanticemos que sea respetado. Yo Soy Venezolano. Yo Soy El Comando Simón Bolívar.

@jfazpurua