Bebé Milan acompaña a su mamá al trabajo (Fotos)

(Twitter @shakira)

Shakira vuelve a enseñarnos en Instagram a su bebé. En esta ocasión se lo ha llevado al rodaje de The voice y se ha hecho una foto con él en su asiento de jurado con el pulsador incluido. Esta feliz y encantada con su maternidad y quiere mostrarlo al mundo. Eso está estupendo, pero… ¿es beneficiosa tanta exposición para la criatura?

Yo en este asunto tengo sentimientos enfrentados. Por un lado creo que elimina el morbo y resta interés a los medios a la hora de conseguir una foto. Por ejemplo, creo que lo gestionan mucho peor Penélope Cruz y Javier Bardem, que están obsesionados con que no salga ni una solo foto de su retoño. Han llegado a taparlo para que los fotógrafos no pudieran pillar una instantánea del niño. Esta actitud genera un morbo extra y entran más ganas de poder ver la cara del niño.

Shakira y Piqué, por el contrario, han querido darle naturalidad al tema y por eso no dejan de colgar fotos del bebé en todas las redes sociales. Me parece correcto, pero ir poniendo fotos de la criatura casi cada día me parece excesivo porque se va a crear, tanto por su parte como por la de los periodistas, una cercanía y una familiaridad que no considero que sea positiva.





Cuando te familiarizas en las revistas con alguien, la gente cree conocerlos; y luego si se los encuentran por la calle, esperan un trato igual de familiar que el que ellos sienten. Y que le pregunten a los famosos si eso es o no un coñazo.

Lo peor de todo es que muchos le cogen gusto a esto de ser “famosos”. O si no que se lo pregunten a la hija de Madonna. La conocemos prácticamente desde que nació y parece que le ha cogido gusto al asunto y no hay cámara de fotos que vea en la que no pose. Lo peor de todo es que aún no sabemos ni a qué se dedica, ni a qué se quiere dedicar. Un día quiere ser actriz, otro día diseñadora, otro día escritora… ¿Cajera de unos grandes almacenes no lo ha pensado o qué?

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