Una protesta silenciosa, pero vistosa, irrumpe en abastos Bicentenario del sector Guaraguao, en Puerto La Cruz, publica El Tiempo.
Un sombrero marrón en el que están atados un paquete de harina de maíz, una lata de leche, un envase de margarina, una bolsa de azúcar y un rollo de papel sanitario (es lo único real), se observa sobre la cabeza de Alba Montero.
Magda Llovera/El Tiempo
Llama la atención. Clientes y trabajadores del estatizado Cada tienen distintas reacciones y aunque todos coinciden en el asombro, unos la ven con simpatía y otros con sorna.
Los más osados, sobre todo mujeres, le toman fotos con sus celulares, sin siquiera pedirle permiso.
¿Ella? Impertérrita. Empieza a revisar los anaqueles en busca de los desaparecidos.
-¿Desde cuándo andas con esa indumentaria?
-Desde hace un par de semanas, cuando me cansé de estar en las colas, de buscar los productos y no conseguirlos.
-¿Cuál ha sido la reacción?
-De mucho apoyo. La gente tiene el mismo sentimiento que yo. Todos estamos ya cansados.
Alba Montero es bioanalista desempleada. Vive en Puerto La Cruz, cerca del Bicentenario.
-Cuando vengo nunca consigo los productos.
-¿No has tenido reacciones en tu contra?
-Nunca. Todo el mundo está a favor.
-¿Hasta cuándo usará ese sombrero?
-Hasta que consiga los productos.
Y segura de sí misma, manifiesta que seguirá así independientemente del resultado electoral. En cola para pagar, siguieron las miradas y más fotos. Ese día tuvo suerte: se llevó papel sanitario.