Alberto Franceschi: El Adiós a la Victoria

Alberto Franceschi: El Adiós a la Victoria

El  14 de abril Henrique Capriles ganó con  por lo menos  dos millones de votos. Tengo tanto derecho a  creer en esas cifras,  pronosticadas con fundamento científico , como el gobierno  que  inventó  otra  donde se asignan una ventaja fraudulenta  de 300.000, con una victoria pírrica, para hacerla  creíble ante la comunidad internacional  y ante sus bandas fascistas, que siembran  por ahora el  terror  lumpen  y  que dieran  el  banderazo para pronunciarse  al  alto mando del  generalato,  que dos horas antes  ya sacaba cuentas  con una derrota a cuestas,  que llevaría unos  a la cárcel otros a la extradición y los mas a perder bienes  que nunca podrían demostrar que fueron comprados con sus sueldos cuartelarios.

Con una línea de conducta  que presagiaba  lo peor, el  comando de Capriles no convoca para esa misma  noche a  celebrar el triunfo, que se habían permitido solo insinuar con sus sonrisas en televisión dos horas antes del pronunciamiento oficial. Era la sonrisa de satisfacción  de  mentecatos que siempre creyeron  como Carter que:  “el sistema electoral automatizado del CNE es el mejor del  mundo”  cuando hasta los mas caídos de la mata  saben que es una intrincada red de decenas de fraudes,  donde ahora el mayor de ellos viene por cable submarino de fibra óptica, con maquillaje de cifras desde La Habana, donde reposa  mas que nunca  nuestra suerte de nación de eunucos.

La mayoría  nacional  siente que le han estafado cuando Tibi anuncia “sus” cifras y produce espontáneamente el  ensordecedor cacerolazo de protesta  esa  noche.  Es tal la convicción del candidato que convoca para el  martes 16, en todas las capitales de estado a las manifestaciones que resultaron  multitudinarias y dispuestas  esta vez a no dejarse arrancar la victoria.





Capriles pasa a convertirse la  noche del  14 en líder real de TODA  la oposición al despotismo, cuando como  candidato triunfante desconoce  el  veredicto del CNE  y la estafa de Maduro.

Capriles de hecho se  asume  como  presidente electo por la mayoría evidente  y  también de base popular de su país. El cacerolazo  de esa noche fue estruendoso.  Se celebra  por adelantado  lo que  ya se sentía en las esferas militares y en el alto gobierno: el gobiernito de maduro  estaba cayendo  o  ya estaba caído.

Capriles  había convocado para el miércoles 17 a la gran protesta en  Caracas ante el CNE como la estocada final  contra el fraude y  llegaba así “la hora de las chiquiticas”. Pero el balance  que se hace de la jornada del  martes, donde  es evidente que  vamos a la confrontación final desespera al gobierno,  que genera violencias en  muchos  sitios con sus bandas y con infiltrados en nuestras  manifestaciones. Ese día muchos “perdieron la inocencia”, porque descubrieron que existe algo llamado “agentes de provocación”utilizados por todos los gobiernos del  mundo  y  por siglos para sembrar confusión, violencia irracional en sus opositores  lo que lleva a la desmovilización.

Los maduristas asesorados por los castristas  cubanos son expertos graduados en esas artes. Créanlo o no,  los destrozos  y muertes  de ese día  fueron obra de “agentes provocadores”.

Nuestro bisoño candidato opositor electo,  o no sabe esto o no quiso saberlo. Porque la emprende entonces  contra  esos infiltrados,  pero con el agravante que  los designa como parte de la oposición,  a los que debe  volver a expulsar de su bando,  que el declara es amante de la paz. Por supuesto que tiene derecho a no sentirse líder de  los infiltrados, pero quienes respondían a la violencia de los lúmpenes  rojos  merecían  ser  más respetados que la manga de gallinas que pueblan su  entorno.

En fin, ese problema  de los provocadores causando muertes, destrucción y  sobre todo la enormidad de manipulación mediática del  gobierno espurio, para usarla contra la victoria opositora, en lugar de ser medido con sus reales causas y consecuencias, se esgrime como argumento para DESMOVILIZAR nuestra gente  y  entonces  se anula la convocatoria del 17 ante el CNE.

Es un hecho que el gobierno temía otro  11 de abril de 2002, cuando la gente decidió marchar a Miraflores.  Y  yo no naci el día  de quienes mienten  para  que le cuadren los argumentos… efectivamente  el  gobierno  debía temer lo peor  que para ellos era renunciar o desatar los demonios,  y optaron por la línea dura y se nos exigió  capitular. Nuestro líder pegó el frenazo y todo empezó  a  perderse.

Venezuela  tiene  916.445 km²  la manifestación nacional para repudiar el  fraude no necesariamente  debía  hacerse en los 4 ó 5 km² alrededor del CNE,  pudo por ejemplo convocarse para la Valle- Coche, para El Llanito, Parque del este,  Cota Mil o donde quisieran  y  pudieran controlar mejor todo contra los provocadores del  gobierno,  o a nuestros fanáticos de la violencia como método. Lo único que no podía hacerse era aceptar el chantaje  del  gobierno colapsado  y anular la convocatoria.

Las auditorias se harán como  lo señaló  el  de La Hojilla. de manera que nada sorprenda, el  contar voto a voto está descartado. Y Tibisay ya dio su veredicto por anticipado: “No se hagan falsas expectativas con esas auditorias” declaró  el viernes  19.

Nunca olvidemos que el régimen chavista murió con su creador y UNICO sostén,  desde finales de 2012. Lo que ha seguido es la agonía lenta de esta estafa. Su derrota electoral es parte de su entierro  como  guía nacional y  el  aceptar nosotros  el  veredicto de su CNE  solo  prolonga esa agonía y apenas difiere, distancia,  la irremediable caída.

Nuestro problema ahora  no  es Chávez (QEPD) nuestro tema  son sus herederos espurios. No hablamos de la importante cifra de  sus fieles y devotos seguidores, hablamos de la ladronera  y la manga de incapaces que sabemos le atormentó hasta su muerte. Esos también  eran parte de su herencia, pero la pelea  no es con una persona que murió, es  con los vivos que usurpan  el  poder  y  dicen actuar en su  nombre y  es con ellos  que el  propio pueblo que le fue  leal  empezó a ajustar cuentas.

Maduro perdió y  feo,  pero  lo mantiene en  el  poder  la oposición gallina. Ojala el cloquear sea una buena vía para llegar al poder, será por lo menos inédita.

Capriles prefirió esperar… me imagino que él será un  gran factor para pelear por unas elecciones limpias en el futuro, pero  estas se las está  dejando robar:  ES UN HECHO, Maduro es su presidente,  ya  terminará por decirlo, sino lidera  el  desconocimiento que nos costará  más que  lo que  hubiera costado aquel fatídico miércoles de la desmovilización.  Sepámoslo todos, a  un ejército aunque  sea  civil  que está  en plena marcha de  victoria,  no se la da la orden de retirada.

Es cierto que el  gobiernito Maduro ahora es rehén de una oposición más vigorosa que nunca  y tendrá que dejarse arrancar parte de su  omnímodo poder clientelar,  pero la contradicción  es que  mientras más le pidan en compensación por nuestra victoria no cobrada,  más le legitimarán su gobierno.

Y  para los partidarios de mantener a Maduro en el poder, no me refiero a sus votantes, me refiero a  los “cohabitadores” nuestros,  les puedo decir: ojala Maduro  esté  dispuesto a constatar  que el  60% del  país no lo reconoce,  para ver si así se le abre la mollera y escucha  no pajaritos imaginarios sino la inclemente voz de las realidades:  debe  armarse otro régimen,  porque el que había murió con Chávez.  La historia es  hasta cruel con quienes no entienden esto  y  no son solo los del gobiernito  los únicos que no entienden. La batalla se estaba ganando el trompeta debía  tocar para el asalto final y se equivoco tocando  orden de retirada y fuga. El cuento de las auditorias es una orden de repliegue,  el régimen  nos manoseará  hasta el cansancio y quienes  quisieron pelear en caliente tienen ahora sobre sus cabezas una tonelada de nuevas realidades generadas por  el fraude que equivalen  a  granizado de hielo.