El pasado domingo 14 de abril resultó un día tan intenso, complejo y fundamentalmente cargado de trabajo, esfuerzos y entrega por la Democracia Venezolana, que me impidió cumplir con el compromiso de años, por no decir décadas, de escribir las líneas que semanalmente conforman los trazados y orientaciones de mi artículo de opinión semanal. Pero como dice el viejo y conocido refrán popular “no hay mal que por bien no venga”, once días después de la histórica jornada, que resultó la Gran Victoria Política de la oposición Democrática en nuestro País y la contundente derrota del Neo Fascismo que pretende imponerse, puedo reaparecer ante la opinión pública, expresando mis apreciaciones y razonando con la propiedad que he pretendido que me caracterice, sobre el también sobrevenido hecho, para los agentes del gobierno y para quienes llevan años enriqueciéndose del lucrativo negocio de las encuestas, de los resultados que arrojó, según el Consejo Nacional Electoral, el proceso comicial de ese histórico 14 de abril de 2013.
Según el CNE y el único boletín que a la fecha se ha anunciado, incluso deliberadamente sin sumar, porque no les conviene, los 60.000 sufragios emitidos por los venezolanos en el exterior, que en un 95% favorecen a Capriles, el pésimo heredero del Fascismo alcanzó la cifra de 7 millones 500 mil votos y el candidato de la Unidad de los venezolanos, logró casi 7 millones 300 mil, esto significa que en un universo de más de 15 millones de votantes, a Henrique Capriles lo separan de Maduro apenas 200 mil votos, lo que para cualquier mortal con nuestra nacionalidad, que no haya estudiado matemáticas y ninguna otra ciencia exacta, como es el caso del heredero y su banda de enchufados, significa que acaban de recibir un estruendoso rechazo de la mayoría de los venezolanos; H Chávez, según el CNE, sacó 8 millones 200 mil votos el pasado 7 de octubre de 2.012 y H Capriles 6 millones 500 mil, esto expresa con claridad meridiana una nueva correlación de fuerzas y que según el CNE y la realidad de los hechos, el País cambió, pero si a esta verdad agregamos que sufragaron más de 500 mil Haitianos, Cubanos, Chinos, Guatemaltecos, Bolivianos, Ecuatorianos, Nicaraguenses, Dominicanos, Bielorusos, Iraníes e irregulares colombianos traídos y nacionalizados y cedulados fraudulentamente, no queda otra conclusión, que Nicolás Maduro es un candidato derrotado y por ende un Presidente ilegítimo y fraudulento.
Si a este cruel episodio del 14 de abril, impuesto por el ventajismo, abuso, chantaje, represión y marcaje del régimen Neo Fascista que dirige Maduro y banda, el pueblo fue capaz de levantar su frente y su dignidad, para darle a Henrique Capriles una votación millonaria de esperanza, decencia, solidaridad y desprendimiento, no cabe otra conclusión que el pasado domingo significó la gran derrota política del modelo NEO FASCISTA, que imperó a sangre y fuego en la Italia de Benito Mussolini desde 1.922 hasta 1.943 y que en nuestro caso, comienza a contar los días de su fin en Venezuela. La auditoría y revisión de cuadernos, papeletas, huellas, firmas y actas solicitada por el comando Simón Bolívar, que en principio asintió el ilegítimo y que luego intentó negar, se efectuará gracias a la fortaleza y presión de nuestro pueblo, esa es una magnífica señal y aunque es sabido que todo este tinglado electoral corrupto y tramposo fue manejado por agentes cubanos, extraños a nuestra soberanía y empeñados en mantener a estos apátridas en el poder, para seguir devorando los recursos petroleros de los venezolanos, la lección fue contundente, de poco o nada valdrá que los verdugos del régimen persigan, abran averiguaciones contra funcionarios, destituyan empleados públicos o repitan la genocida lista Tascón, el pueblo habló el 14A y si reinciden en esas conductas, su destino en el poder y la vida política, será tan precaria y corta, como las vividas por Marcos Pérez Jiménez después de “ganar” en diciembre de 1957 y Alberto Fujimori en noviembre del año 2.000 en el Perú.
Por. Lic. Pedro Segundo Blanco
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