La exigencia física que ofrece el calendario de la LPB ha obligado a los distintos entrenadores a realizar experimentos en sus esquemas de juego, y así distribuir un descanso equitativo a cada uno de las piezas que integran su plantel.
Muchos de estos ensayos han dejado resultados positivos, como es el caso de Cocodrilos de Caracas, cuyo tanteo de saltar a la cancha con tres armadores ya arroja frutos.
“Es un cambio que estamos haciendo para refrescar al jugador Ryan Forehan-Kelly”, dijo Néstor Salazar, entrenador del elenco saurio.
“Los tres bases nos dan garantía en la conducción y se reducen las pérdidas de balón. Además, nos ofrece un mejor control del juego y mayor velocidad. Además, Carl (Elliott) juega mucho más suelto con la conducción de Jesús (Centeno) y Russell (Walker). Luego podemos decidir que él también agarre la pelota, pero esto básicamente lo estamos haciendo para descansar a los jugadores y también dependiendo del rival”, agregó el timonel, que el pasado jueves dirigió su juego número 958 en LPB y quedó a 11 de igualar la marca de la liga en poder de Carlos Gil, con 969.
Este “tridente” saurio en la conducción no solo ofreció garantías en ataque en su último encuentro ante Trotamundos sino que también significó la presencia de una zona defensiva en todos los sectores de la cancha, a tal de punto de que Cocodrilos acumuló un total de 21 pelotas ganadas en esa victoria ante el Expreso Azul.
Y desde esta tarde, el Parque Naciones Unidas de la capital venezolana albergará la serie entre la rivalidad histórica entre Cocodrilos y Guaiqueríes.
Salazar tiene planeado volver a probar con tres pilotos.
“Saldremos a la cancha con la misma formación, pero ante ellos tenemos que jugar con más paciencia. En los últimos compromisos caímos en el juego de ellos y por ahí se nos fue el resultado. Si rotamos más la pelota podemos sacar un buen resultado”, sentenció.
Con información de liderendeportes.com