Máxima será reina consorte de Holanda, pero no olvida a Argentina

Máxima será reina consorte de Holanda, pero no olvida a Argentina

Máxima se convertirá este martes en reina consorte de Holanda, cuando el príncipe Guillermo-Alejandro sea coronado, pero no olvida a Argentina, el país donde nació, ni a sus amigas del colegio, el dulce de leche o el Malbec.

“Guillermo es el gran amor de mi vida”, respondió a los periodistas, al explicar por qué accedió a renunciar a su nacionalidad argentina, condición sine qua non, para su nuevo papel en la Casa de Orange-Nassau.

AFP

Pero en los más de once años que vive en Holanda, durante los que se esforzó por ser una verdadera holandesa, nunca olvidó su país de origen, ni mucho menos sus costumbres. Decidida a mantener la silueta, lucha contra el dulce de leche, una de sus grandes pasiones durante su adolescencia.





Ahora se cuida con ensaladas, pero siempre que puede disfruta de un vino argentino o la carne de su país, según sus allegados. Y también quiere transmitir sus raíces a sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariane, a las que les habla español y tienen una niñera oriunda de Santiago del Estero, señalaron Gonzalo Alvarez Guerrero y Soledad Ferrari en el libro “Máxima, una histoira real”. También quiere que sus hijas crezcan cerca de sus abuelos, tíos maternos y de la ciudad en donde ella vivió su infancia y adolescencia.

A Argentina “viaja seguido, a veces de incógnito, otras con una intensa agenda oficial”, cuenta a la AFP Gonzálo Alvarez Guerrero. En diciembre toda la familia, el futuro rey de Holanda, Máxima y sus tres hijas se fueron de vacaciones a la Patagonia argentina.

Desde los jardines de Villa La Angostura, en la Patagonia argentina, donde reside Martín el hermano de Máxima, ofrecieron una rueda de prensa a cambio de mantener en estricta privacidad el resto de las vacaciones. Es allí donde compraron dos lotes de terreno, de 7.485 m2 y 8.134 m2 respectivamente, ubicados a orillas del lago Nahuel Huapi, según un periódico holandés. También compraron una estancia de unas 1.500 hectáreas, en la Patagonia, según Alvarez Guerrero.

Luego la princesa fue sola a Buenas Aires y “se alojó en el apartamento de una amiga en Puerto Madero”, uno de los barrios más exclusivos de Buenos Aires, sobre el Río de la Plata, dijo.

“Se dio una panzada de amigas, fue como una despedida antes de convertirse en reina consorte”, contó Alvarez Guerrero.

“Cuando viene a Argentina tiene dos fotógrafos privilegiados, para ellos hace un paseo público o una compra. Con ellos tiene un pacto: le sacan fotos, ellos las distribuyen, a cambio de dejarla tranquila después”, añadió.

La futura reina consorte de Holanda nació en el seno de una familia de clase media alta de Buenos Aires, que hizo todo lo posible para enviarla al exclusivo colegio Northlands y más tarde a la Universidad Católica Argentina (UCA), donde se recibió de economista.

Con el país, donde nació el 17 de mayo de 1971, tiene una relación también complicada: su padre fue secretario de agricultura durante la dictadura militar (1976/1983).

Sus padres no fueron a su boda ni irán a la ceremonia de coronación el martes.

Pero en los últimos años a Máxima le cansa ir a su país.

(foto AFP)

“Suele decir que le resulta más difícil vacacionar en su país, porque no la dejan tranquila”, escribieron los autores argentinos del libro sobre Máxima.

Además, “le da miedo la inseguridad y tiene miedo a los secuestros”, añadieron.

Pero no olvida sus raíces. En las fotos se la ve compinche con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y recientemente se la vio emocionarse hasta las lágrimas en la Plaza de San Pedro, en la que el prelado jesuita argentino Jorge Bergoglio asumió como nuevo Papa.

“Es que Máxima por donde fue, es y será Argentina, elegante, distinguida y también fresca, espontánea y malhablada, al menos cuando habla español”, describió a la AFP, una amiga de sus padres. AFP