Ernesto Mejía con buen ritmo en las menores

Ernesto Mejía, tiene dos temporadas sacando al menos 20 jonrones y más de 90 remolcadas en triple A, cifras que para la mayoría representan la oportunidad de probarse en las Grandes Ligas.

Pero los Bravos de Atlanta siguen sin llamar al slugger, quien esta campaña inició nuevamente encendido con el madero. Con ocho jonrones, es líder de la Liga Internacional y sus 23 carreras remolcadas son la segunda cifra más alta, detrás de su compatriota Luis Jiménez “El Gigante de Bobare” (26).





“Es frustrante, pero me mantiene el amor al béisbol y el valor al tiempo que llevo luchando”, dice a través del teléfono el jonronero de los Gwinnett. “Estoy seguro de que nada es en vano. Sé que Dios tiene algo bueno para mí y estoy esperando ese momento, que me llegue la oportunidad. Y de no ser así, será cuestión del destino. Entonces tendré que retirarme, pero sabiendo que di lo mejor de mí, pero estoy seguro de que es cuestión de tiempo”.

Mejía, cuenta que la gerencia de los Bravos no le comenta nada. Ni para bien ni para mal. “No me dicen nada, ni creo que lo vayan a hacer. Sólo espero la llamada cuando me llamen arriba. Sólo me queda seguir trabajando”, acotó el jugador.
Aunque Mejía ha bajado un poco la producción en los últimos días (batea .161 en los últimos 10 juegos, con tan sólo un cuadrangular), todavía exhibe un altísimo OPS de 1.000 y .609 es su Slugging.

Se trata de otro gran inicio de temporada, que el toletero se lo atribuye a la experiencia y la calma. “No tratar de hacer más de lo que puedo. Esa ha sido la clave”, aseguró.

“Intentar poner la bola en juego, cumplir con mi rol de traer las carreras. El comienzo ha sido bastante bueno, pero todavía queda mucha temporada y debo seguir trabajando duro”. Pero Mejía no trabaja solo en su equipo, pues comparte con otros tres venezolanos: José Yépez, Luis Núñez y Omar Poveda.

El ritmo inicial de Ernesto Mejía fue abrumador, como el mismo jugador reconoce. “Sin poner excusas, pero el béisbol no es fácil. Empecé muy bien y si hubiese seguido como iba tenía proyección de dar 95 jonrones y empujar 250 carreras, pero eso es imposible. Uno va a fallar. Los pitchers te van conociendo, hay muchos lanzadores de experiencia. Visitas ciudades más difíciles para jugar. Fuimos a algunas de mucho frío y eso pegó, pero volveré a mi ritmo”, dice el nativo de Guanare.

Fuente: Diario Líder.