Chelsea vs Benfica: La Liga Europa se define en Amsterdam

La final de la Liga Europa (miércoles) medirá en esta edición a dos clubes antagónicos: el Benfica, equipo histórico que brilló en la Europa de principios de los 60, y que afronta un largo período de sequía continental, y el Chelsea, hoy un conjunto rico y potente cuyos mayores éxitos se remontan a la última década.

EFE





De un lado de la balanza, la mayor competitividad de la Premier, un presupuesto cuatro veces superior al de su rival (más de 300 millones de euros) y estrellas a nivel mundial como Terry, Lampard o Torres. Del otro, el factor sorpresa y el buen juego desplegado esta temporada por las “águilas”, sedientas de un título europeo.

El Chelsea entrenado por el español Rafa Benítez buscará mañana en Ámsterdam arrebatar al Benfica la Liga Europa y levantar un trofeo continental por segundo año consecutivo.

Ante los portugueses, los “blues” tendrán la posibilidad de añadir un nuevo título a su palmarés tras una temporada que comenzó con su eliminación de la Champions, de la que hasta la final del día 25 son vigentes campeones.

Si el club londinense consigue el segundo campeonato europeo de la era del magnate ruso Roman Abramovich, se convertiría en el tercer equipo en la historia que gana la Liga de Campeones y la Liga Europa -antes, Copa de la UEFA- en dos temporadas consecutivas.

El conjunto inglés llega a la capital holandesa en pleno estado de forma y sin conocer la derrota desde hace más de un mes, lo que le ha garantizado casi con seguridad el tercer puesto en la Premier League y la clasificación directa para la próxima Champions.

Benítez, que ya consiguió una Copa de la UEFA con el Valencia en 2004, confiará mañana en la armada española del Chelsea liderada por Fernando Torres y Juan Mata, determinante en los éxitos “blues” esta temporada.

Benfica llega de capa caída
Si los londinenses llegan con la moral alta por sus últimos resultados en Liga, lo contrario le ocurre al Benfica, que perdió el partido y el liderato en favor del Oporto en su duelo del pasado sábado, y que podría así despedirse de un campeonato que ya acariciaba a falta todavía de un único encuentro.

Los lisboetas, que aspiran al triplete -también han llegado a la final de la Copa de Portugal-, quieren culminar de la mejor forma posible una temporada meritoria y hacer recordar al club glorias pasadas.

El equipo portugués ha sido capaz de exhibir un juego por momentos brillante tras superar la decepción de ser eliminado en la fase de grupos de la Liga de Campeones por el Celtic.

En Liga Europa, Leverkusen, Burdeos, Newcastle y Fenerbahce cayeron frente al poderío del conjunto luso, que llega a una final continental 23 años después de la última vez, cuando sucumbió frente al Milán en Champions.

Los hombres entrenados por Jorge Jesús quieren poner fin a la conocida como “maldición” del húngaro Béla Guttman, técnico del demoledor Benfica que ganó dos Copas de Europa (1961 y 1962) y que auguró a los lisboetas que no volverían a ganar un entorchado continental.

Los “encarnados” tienen ahora la oportunidad de demostrar que se equivocaba. La única baja en su equipo titular frente al Chelsea será la del lateral uruguayo Maxi Pereira, por acumulación de amarillas, puesto que ocupará previsiblemente el canterano André Almeida.

El duelo de mañana supone igualmente una oportunidad para los portugueses de redimir su derrota del pasado año en cuartos de final de la Liga de Campeones frente a un Chelsea que sufrió para pasar pero que, a la postre, se erigió en campeón.