Carlos Behrends Valero: El trapo rojo de Snowden

El caso del espía norteamericano Edwar Snowden es el trapo rojo más grande que he visto en varios años. El interés del gobierno por distraer la atención de los venezolanos de los verdaderos problemas del país llegó a niveles impensables. Este joven norteamericano, contratista de la CIA y sometido a un acuerdo de confidencialidad, divulgó cierta información reservada que dejaba al desnudo las censurables actividades de espionaje secreto llevadas a cabo por la mencionada agencia. So pena de ser apresado y enjuiciado, este joven se dio a la tarea de huir,  llegando hasta Rusia en busca de protección diplomática, y hasta el momento de escribir este artículo, aparentemente se encuentra varado en el aeropuerto de Moscú esperando  que alguien le dé asilo político. Hasta donde se sepa, no hay registro gráfico del lugar donde se encuentra el joven fugitivo. Personalmente creo que el caso del  espía Snowden es particular. No se encuentra físicamente alojado en ninguna sede diplomática. Está en eso que se denomina “zona de tránsito” dentro de un aeropuerto ruso. Los rusos no quieren quedárselo y Estados Unidos le revocó su pasaporte. Se encuentra, en la práctica, en un verdadero limbo. Los gringos lo quieren de vuelta, deportado, para juzgarlo por revelar información confidencial. Venezuela, Bolivia y Nicaragua le han ofrecido asilo, pero para que opere, tendrían los rusos que otorgarle el salvoconducto. Como no ha ingresado legalmente, todo se le complica más. Otra cosa que llama poderosamente la atención es que un personaje que saca como argumento la libertad de expresión, vaya a terminar cobijándose bajo el manto protector de países que están muy lejos de militar en esa corriente de amplitud. Eso hay que verlo para creerlo, porque sería una postura muy comprometedora y contradictoria.

Ahora bien, ¿Qué tenemos que ver los venezolanos con esto? ¿Nos corresponde meternos en este asunto? No, la respuesta es no. Es obvio que es un juego descubierto para pretender centimetraje internacional, del que tanto carece el actual gobierno nacional.  Porque no se entiende qué hacemos nosotros, los venezolanos, involucrados en este asunto “ofreciéndole” el asilo antes de que el ahora famoso espía nos lo hubiera solicitado. Las ganas de figuración internacional y la necesidad de distraer a la opinión pública nacional de los asuntos tan graves que nos ocurren, son las únicas causas para que estemos metidos en semejante enredo. Todo ese tiempo y energías debería dedicarlo el alto gobierno a  detener la creciente y gravísima crisis económica. Ya Nicolás tiene 8 meses al frente del gobierno y todavía no ha sido suficiente tiempo para poner a andar al menos un plan económica que interrumpa el ritmo acelerado de la inflación que alcanza niveles records, y amenaza con ubicarse en más del cincuenta por ciento al finalizar el año. Eso sin contar los barbaros niveles de corrupción, que siguen robusteciendo las fortunas de una nueva clase económica que ha creado la actual administración a cuenta de las riquezas provenientes de la renta petrolera de todos los venezolanos.

Twitter: @CarlosBehrendsV