Así son los hombres que matan a sus familias

Así son los hombres que matan a sus familias

Foto cortesía BBC Mundo

“Lo que más me impactó fueron las insólitas formas en las que estos hombres decidieron matar a sus hijos”.

Eso le dijo a la BBC David Wilson, investigador de la Universidad de Birmingham en Inglaterra y uno de los criminólogos autores que estudiaron los casos sobre aniquiladores que aparecieron en los diarios británicos entre 1980 y 2012.

“Algunos saltaron de puentes con sus niños en brazos, otros hundieron sus autos en canales con sus hijos en el asiento traseros. Todas las maneras de cometer los crímenes fueron extrañas e histriónicas”.





“Se trata de un grupo de hombres desconocidos por el sistema de justicia criminal, con un perfil muy distinto al de los asesinos que normalmente encontramos en las investigaciones criminológicas”.

El estudio reveló que agosto es el mes del año en el que ocurren la mayor parte de estos crímenes, cuando los padres suelen compartir más tiempo con sus hijos, debido a las vacaciones escolares.

La ruptura familiar suele ser el factor desencadenante más común, seguido por las dificultades financieras y los crímenes de honor.

Poder y control: Los cuatro tipos

Pretensión de ser moralmente superior: el asesino culpa a la madre de sus crímenes, por considerar que ella es la responsable de la ruptura familiar. Para estos hombres, el rol de sustentador es fundamental para tener una familia ideal. Caso de estudio: Brian Philcox.

Alienado: en la mente del asesino existe un poderoso vínculo entre la familia y la economía. El padre ve a su familia como el resultado de su éxito económico, como aquello que le permite mostrar sus logros. Sin embargo, si el padre fracasa económicamente, ya no cree que la familia cumpla con esta función. Caso de estudio: Chris Foster.

Decepcionado: este asesino cree que su familia lo ha defraudado o ha actuado de una manera que socava o destruye su visión de la familia ideal. Un ejemplo puede ser que los niños no sigan las costumbres religiosas o culturales del padre. Caso de estudio: Mohammed Riaz.

Paranoico: aquellos que perciben una amenaza externa a la familia. A menudo suelen ver a los servicios sociales o al sistema legal como amenazas, que pueden volverse en su contra y llevarse a los niños. En estos casos los crímenes están motivados por un deseo retorcido de proteger a la familia. Caso de estudio: Graham Anderson.

Tras tres décadas de investigación, los expertos concluyeron que los hombres que asesinan a sus familiares pueden ser separados en cuatro categorías:

  • Pretensión de superioridad moral
  • Anomia o alienación
  • Decepción
  • Paranoia

Cada categoría es ligeramente distinta de la otra en cuanto a las motivaciones y detrás de muchos de los casos hubo una historia oculta de abuso doméstico.

Cuatro de cada cinco asesinos se han suicidado luego de cometer el crimen, o al menos lo han intentado.

Más de la mitad de los crímenes estudiados ocurrieron a partir del año 2000. En la década de los 80 sólo se registraron seis homicidios de este tipo.

Wilson señaló que una de las razones de este incremento podría atribuirse a “la necesidad de los hombres de ejercer poder y control” sobre su familia.

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