La Nueva Conferry navega en un mar de quejas

La Nueva Conferry navega en un mar de quejas

Laura camina de un lado a otro, mira el reloj, se queja, busca un lugar para sentarse y no lo halla. Se pone las manos en la cabeza, llama por teléfono, y se vuelve a quejar. A su alrededor hay cientos de personas haciendo los mismos gestos y con igual actitud.

Yeraldyn Vargas Rivas / El Tiempo





Esta es la escena diaria, sobre todo en temporada de vacaciones, que se observa en el terminal marítimo de Puerto La Cruz, desde donde opera La Nueva Conferry.

La empresa fue expropiada en septiembre de 2010. A tres años de la estatización, los usuarios se siguen preguntando: ¿Dónde está la plata? de una compañía naviera que moviliza más de cinco mil personas diarias, y que con el pasar de los días tiene mayor demanda.

Un boleto ida y vuelta para adultos menores de 60 años en el área VIP del ferry express tiene un costo de Bs 380,28; para mayores de 60 cuesta 182,15 bolívares, y para niños (entre dos y siete años) Bs 92,15.

En las demás áreas el valor de los tickets es de Bs 240,28; Bs 112,15; y Bs 120,65, respectivamente.

En las embarcaciones convencionales, el servicio es más económico porque el tiempo de viaje es más largo que en el barco rápido.

“Aunque cada día se parecen más. Él ferry expres se tarda casi igual que el convencional”, manifestó la usuaria Dubraska Galarte, quien regresaba de pasar una semana en el estado Nueva Esparta.

En los buques de carga, los transportistas cancelan hasta tres mil bolívares “y vamos guindados como monos”, dijo Manuel Díaz, proveniente de Barquisimeto.

Las quejas en contra de La Nueva Conferry son diarias, y los clientes no dejan de acusar que “la nacionalización no sirvió de nada”.

“No le hemos visto el queso a la tostada. los baños siguen igual o peor. Hace menos de un mes fue cuando colocaron una carpa de espera, pero los ferrys siguen siendo unos peroles”, señaló Marcos Alcalá.

La compañía naviera, a mediados de junio, asumió la administración total del terminal que antes era responsabilidad de la Empresa de Producción Social (EPS) Costemar, bajo la promesa de que mejoraría las instalaciones.

Con esta medida pasó a recibir directamente los ingresos por concepto de tasas (más de 1 millón 200 mil bolívares), y alquiler de espacios.

¿Dónde está la plata? se preguntó también el gandolero Antonio Márquez, quien señaló que lleva más de 20 años usando el medio de transporte. “viendo como se deteriora y nadie invierte”.

A juicio de los pasajeros, la solución es adquirir nuevas embarcaciones.

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