Marta Colomina: Venezuela es un caos con Maduro y su banda

Para encubrir su culpa en el desastre del sistema eléctrico nacional incubado desde que Chávez asumió el poder con una caterva de ineptos fanatizados que sustituyeron a los meritorios técnicos heredados de los 40 años de democracia, el gobierno ha venido utilizando toda clase de excusas para desviar su incumplimiento hacia fenómenos naturales (“El Niño”, las lluvias); animales (iguanas, rabipelados) y a “saboteadores” ajenos a la catástrofe eléctrica generada por la falta de inversión y mantenimiento durante 14 años de bonanza petrolera. Un régimen que controla todos los poderes y que hace 5 meses “militarizó” las instalaciones eléctricas culpa ahora a la oposición del demoledor apagón que esta semana dejó sin luz a 18 estados del país y paralizó Caracas como nunca antes se recuerda: Quedaron fuera de servicio Tuy I, II y III que abastecen de agua al Distrito Capital y Miranda; miles de usuarios quedaron atrapados en el Metro, aterrados, sin que apareciera autoridad ni plan alguno de contingencia, a sabiendas de que el peligro era inminente por los constantes apagones que están ocurriendo en la ciudad. Quedó claro, como reportó El Universal (05-09-13) que “ni siquiera el Metro dispone de un sistema de emergencia eléctrica: En las estaciones podía verse a la gente intentando encontrar su camino con la luz de sus celulares (… ) En muchos hospitales fallaron las plantas eléctricas, incapaces de garantizar el servicio de las salas de terapia intensiva”. Lo que sucedió el martes -dice el exdirector de Protección Civil, Ángel Rangel, comprueba “que estamos gobernados por la improvisación: no hay coordinación, no hay quien oriente”. Imaginen -Dios no lo quiera- que tuviéramos que estar en manos de estos incapaces y corruptos, si ocurriera un sismo. Tanta propaganda sobre el falso éxito del “Plan Patria Segura” y el ministro del Interior no tiene establecidos planes de emergencia para cuando todo el país se queda sin luz y sin comunicación, a merced de la inseguridad, critica Ángel Rangel. Tan gravísima falla habría ocasionado pérdidas económicas por unos mil millones de dólares, según el experto Nelson Hernández. Como en Amuay, el régimen no responderá por esas pérdidas.

Peritos de la Electricidad de Caracas (sustituidos por inútiles enchufados) explican que la ciudad tiene un sistema eléctrico subterráneo de anillos de alta calidad pero muy descuidado: “Son cables de alta tecnología que tienen 40 años allí y 13 sin recibir mantenimiento”. El Decano de Arquitectura de la UCV añade que “Caracas está sufriendo la falta de concertación entre los diferentes poderes. Recuerda que la Alcaldía Metropolitana, llamada a liderar la planificación de la ciudad, fue marginada por el poder central una vez que ganó el candidato opositor. Ni siquiera los drenajes son tratados de una manera global”. El inepto alcalde Jorge Rodríguez (su municipio bate récords de inseguridad) ante la gravísima falla eléctrica del martes, solo atribuible a la negligencia del gobierno al que pertenece y aún no superada (7 estados y Caracas siguen reportando fallas), declaró que “detrás del apagón está el sabotaje de la derecha venezolana” y Elías Jaua, miembro connotado de la banda roja, cacareó que: “lo ocurrido fue un sabotaje opositor para desestabilizar al país”. Los hay más ridículos aún: “el apagón está conectado con un guión de saboteo de EEUU y Primero Justicia” (Dip. Roa).

La obsesión castrocomunista de estos 14 años ha destruido la institucionalidad y la libertad en Venezuela. Maduro, aún más que Chávez, ha perseguido a medios y periodistas y extendido la hegemonía propagandística de los medios públicos también a los privados. La prensa crítica de provincia está desapareciendo porque no recibe divisas para importar papel. El terrorismo judicial se acrecienta contra la oposición (Mardo, Caldera, María Corina, etc.). Dicen tener ya 99 diputados para aprobar la Ley Habilitante con la cual Maduro podría legislar, sentenciar, apresar y confiscar a sus anchas.





Pero las cosas no pintan bien para Nicolás y su banda. La última encuesta del IVAD revela que el pueblo no se come el cuento del “sabotaje” para justificar el caos del país: Del 73% que confiesa ser afectado por los apagones, sólo el 3,6% cree en el “sabotaje”, mientras que el 62,8% culpa al gobierno. Tampoco se traga el pueblo que la “especulación” es la culpable de la inflación que devora su salario; ni que la escasez es a causa de los “acaparadores”; ni que el Imperio ha desatado una guerra económica contra Venezuela; y mucho menos el esperpento del “magnicidio”. Ese disco se rayó: Las encuestas demuestran que Maduro y su banda están siendo devorados por su propio caos.

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