Explosión en Amuay causó pérdidas por 1.100 millones de dólares

Explosión en Amuay causó pérdidas por 1.100 millones de dólares

 

(Foto AVN)

 

El Gobierno venezolano informó el lunes que el mayor desastre en su industria petrolera le generó pérdidas calculadas en 1.100 millones de dólares e insistió en que se trató de un sabotaje que afectó a una bomba de olefinas, reseñó Reuters.





Rafael Ramírez, ministro de Petróleo, dijo a periodistas que la falla “inducida e intencional” provocó una enorme fuga de olefinas y un voraz incendio en los tanques de la refinería Amuay, debido a la manipulación de una de las bombas que llevaba hidrocarburos a las esferas de la planta.

La autoridad sostuvo, en la presentación del informe final del siniestro que afectó la refinería de 645.000 barriles por día (bpd), que los pernos que debían sujetar una de las bombas verticales -conocida como 2601- al terreno para prevenir escapes, fueron “aflojados”.

“En 52 años que tiene la refinería, jamás, jamás, ha fallado la base de la bomba donde van colocados los espárragos (pernos) (…) No nos queda duda de que ese fue el sitio de la fuga masiva”, dijo Ramírez, quien agregó que la fuga fue muy rápida y que en 10 segundos la nube de gas alcanzó siete metros de altura.

La versión del Gobierno es cuestionada por la oposición que atribuye el desastre a la falta de mantenimiento.

Según el recuento de PDVSA, la explosión en el área de almacenamiento bloque 23 dejó 47 fallecidos, 35 heridos y daños en 11 tanques de hidrocarburos, ocho bombas, ocho esferas de olefinas y unas 3.400 viviendas cercanas.

“No sabemos cuánto va a pagar el seguro, ahora es que inicia todo ese proceso”, indicó Jesús Luongo, gerente del Complejo Refinador Paraguaná (CRP) donde está ubicada Amuay.

Luongo agregó que en la actualidad el CRP -compuesto también por la refinería Cardón- está procesando unos 710.000 bpd.

El gerente explicó que la unidad de destilación número 2 de Amuay, que está en mantenimiento desde mediados de agosto, entrará en operación en aproximadamente una semana.

Falta de mantenimiento

Las acusaciones de Ramírez, que están en manos de la Fiscalía, son consistentes con denuncias del presidente Nicolás Maduro, quien muy a menudo acusa a la oposición de conspirar contra su Gobierno.

Maduro, quien ganó en abril unas elecciones adelantadas para reemplazar al fallecido Hugo Chávez, ha responsabilizado a sus críticos de producir desde escasez hasta planes de magnicidio, e incluso de ocasionar la semana pasada un masivo apagón que afectó más del 70 por ciento del país.

Un reporte técnico realizado a petición de la oposición por el privado Centro para la Orientación de la Energía (Coener), indicó que meses previos de pobre mantenimiento derivaron en una enorme fuga de propano que duró 70 minutos.

Este informe, que difiere de la línea de tiempo mostrada por PDVSA, tasó el costo de la explosión en 1.840 millones de dólares, incluyendo las pérdidas por la parada mayor de una semana que siguió a la explosión y la subsecuente parada por ocho meses de una importante unidad de destilación.

Este documento dice que desde el día anterior a la explosión las poblaciones aledañas se quejaron de un fuerte olor a “huevo podrido”, generalmente una señal de fuga de químicos que componen las olefinas (propano, butano e isobutano).

Según esta investigación, la fuga habría provenido de una bomba conocida como P-200 en el área del bloque 23 de Amuay, que presentó una fuga previa en junio de 2012 y que fue reparada.

Ramírez desestimó esta teoría diciendo que el panel de control de la unidad recibió la primera alarma de fluctuación en el flujo de las olefinas minutos antes de la explosión.