Venezuela ingresa en una centrífuga inflacionaria

(Foto AFP)

El régimen de Nicolás Maduro —cuyas políticas socialistas están conduciendo a Venezuela rápidamente hacia un despeñadero de desequilibrios macroeconómicos— decidió pisar el acelerador de su modelo estatista en la que pudo haber sido su última oportunidad de aplicar los frenos, al anunciar medidas que lanzan aún más al país hacia una centrífuga inflacionaria, publica El Nuevo Herald.

Antonio Maria Delgado
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Economistas consultados por El Nuevo Herald dijeron que las medidas anunciadas el miércoles por Maduro acentuarán lo que ya ha sido descrita como una de las más severas crisis económicas en la historia del país petrolero, reforzando la implementación del mismo recetario de políticas que fomentaron la hiperinflación en América Latina hace tres décadas.





“Si éste es el esquema que van a implementar, no hay manera de detener la crisis”, sentenció Orlando Ochoa, profesor de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello.

“Lo que están creando con esto es una centrifuga de deterioro económico, por razones ideológicas, de torpeza e ignorancia, o de irresponsabilidad”, sentenció.

En un intentó por contener la galopante inflación y la aguda escasez de productos, Maduro anunció un paquete de medidas económicas dirigidas a combatir la especulación de precios y evitar que los dólares asignados por las entidades oficiales terminen siendo vendidos en el mercado negro.

Para el régimen, la inflación y el desabastecimiento que padecen los venezolanos es el resultado de la guerra económica que está siendo emprendida por empresarios, opositores y el gobierno de Estados Unidos contra el chavismo.

Pero los economistas resaltaron que en vez de tratar el verdadero causante de la crisis económica —principalmente el tipo de cambio fijo y un gigantesco déficit fiscal que es financiado con bolívares inorgánicos— las medidas del gobierno desestimulan aún más la inversión privada y la producción nacional.

Los efectos del desequilibrio económico pudieron verse claramente el jueves, cuando el Banco Central anunció que la tasa anualizada de inflación se ubicó en 54.3 por ciento en octubre, lo que augura que podría cerrar este año muy cerca, o incluso por encima, del 60 por ciento.

En ese caso, la inflación venezolana desplazaría a la de Siria (prevista para este año en 50 por ciento) como la más alta del mundo.

Declarando la necesidad de acelerar la transición hacia el socialismo, Maduro enumeró una decena de medidas para combatir las presuntas acciones de sabotaje económico, incluyendo una “operación cívico-militar” para inspeccionar empresas y comercios a fin de combatir el “acaparamiento y la especulación de precios”.

El reportaje completo en El Nuevo Herald