10 cosas que un hombre ya no debe hacer después de los 30 años

10 cosas que un hombre ya no debe hacer después de los 30 años

Foto Referencial

Algunos comportamientos se extinguen con cada año cumplido, ya sea por lo riesgosos que son (que atentan contra tu salud o tu vida) o porque, simplemente, la madurez te hace ver cuán ridículos y vergonzosos resultan.

Hay muchos actos estúpidos que la sociedad te “permite” realizar mientras estás en tus “veintitantos”, pero la mayoría de ellos dejan de ser divertidos para comenzar a ser depresivos, garantizando un camino directo hacia una crisis de mediana edad.

Por otro lado, la aprobación general se torna inevitablemente hacia los logros: esperamos que las personas mejoren, evolucionen, alcancen metas importantes en la medida en que crecen, así que si tienes el mismo puesto de trabajo sin sentido desde hace cinco años y actúas igual como si estuvieras en la universidad, ten por seguro que no estás impresionando a nadie (ni mejorando en nada).





30 es un gran número, y es también el punto donde la gente se pregunta qué ha estado haciendo con su vida. Por eso, a través del portal AskMen, te traemos los 10 comportamientos que debes eliminar de tu vida una vez que estés cerca de cumplir esa temida cifra de edad:

10. Consumir comida rápida

No estamos sugiriendo que te conviertas en vegetariano. Tampoco que inviertas muchas horas (o mucho dinero) en la preparación (o compra) de comida gourmet. Pero una decente, saludable y no tan costosa comida no es algo imposible de lograr. Basta solo unos minutos de tu tiempo diario para prepararla, pues existen recetas y técnicas de platos sencillos para aquellos que no tienen el talento –o la motivación- para entrar en la cocina.

Sin importar la calidad de tu talento culinario, estamos seguros que ningún plato razonable que sea preparado por ti mismo será peor que la bomba de calorías y grasas –causantes seguras de los problemas cardíacos- que conseguirás con la comida rápida.

9. Manejar de manera imprudente

Alrededor de un millón de personas en todo el mundo muere cada año por accidentes de tránsito, y alrededor de 50 millones resultan heridas, según datos de Wikipedia. No se trata solo de un comportamiento de jóvenes “temerarios” que te hace ver ridículo, sino de una actividad irresponsable que puede acabar con tu vida y la de otras personas. Si eres un tipo serio, no pasarás a otro carro excediendo el límite de velocidad sólo porque “no te gustó” la forma en que se metió en tu canal.

Y si tienes problemas para imaginar las consecuencias, solo piensa en despertar en un hospital sin tus piernas.

8. Ser adicto a los videojuegos

Los videojuegos han ampliado su público con el paso de los últimos años. Desde las aplicaciones de ocio en los smartphones, el auge de volver a los juegos “retros” y el impacto del Nintendo Wii uniendo a toda la familia, sin importar las edades, a competir en torneos frente al televisor y la consola. Esa parte de la historia es válida, y nadie puede criticarte por pasar un domingo jugando FIFA con tu sobrino o jugar Candy Crush mientras esperas una consulta médica.

No obstante, cuando pasas 48 horas sentado frente a tu computadora matando orcos, algo anda mal. No puedes esperar lograr algo relevante en tu vida si tus principales prioridades en el mundo están enfocadas en un juego en línea.

7. Tener la misma habitación de tu adolescencia (sin ningún cambio relevante)

Entendemos que la independencia no siempre se puede lograr antes de los 30 dentro de un contexto global en crisis. Bien, lo entendemos, aunque debe ser una meta importante en tu vida salir del hogar paterno. Pero de la manera que sea, cuando te acercas a los 30 años, estar en una habitación rodeada de latas de cerveza, afiches de bandas rockeras (que probablemente ya no escuchas) y muebles juveniles, es simplemente inaceptable.

El sentido del buen gusto y el estilo debe proyectarse en el lugar donde vives. Una habitación de adolescente, cuando ya no lo eres, reflejará inmadurez y poco avance. Haz el esfuerzo y mantén tu propio espacio íntimo limpio y presentable, como el adulto que ya eres.

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