Marcos Hernández López: ¡Ingobernabilidad!… Leopoldo López

¡Ingobernabilidad!… Leopoldo López.

Marcos Hernández López

Quiero dejar bien claro que no tengo la intencionalidad de hacer apología a la violencia y menos hacer análisis donde el fatalismo sea el factor protagónico, creo si hay salidas y estamos a tiempo.





Para muchos especialistas en el tema, “la ingobernabilidad no es más que la desobediencia civil al orden establecido. En muchos de los gobiernos del mundo se han dado gobiernos que no responden a la voluntad popular y esto ha hecho que la mayoría de las personas al no estar identificado con ese gobierno, no haga suyas las líneas y ejecutorias del poder, legalmente establecido o no”.  Es decir, la ingobernabilidad es un momento de emergencia político producido por  el descontento social.

En este país existen 30 millones de venezolanos, menos de una tercera parte son incondicionales según recientes estudios de opinión al régimen de Maduro, y el resto es opositor, independiente o indiferente. Para centrarnos en el análisis debemos empezar por reconocer, la soberbia de altos líderes de la revolución bolivariana, apuntalado con una dosis de sordidez y su estilo desafiante, no ayudan a buscar caminos de paz en Venezuela, para nadie es un secreto los estudiantes han demostrado  valentía y constancia en su lucha por la Democracia. Pero, también deberíamos hacernos una serie de preguntas ante un régimen que no quiere dar un paso a atrás, ¿Cuánto cuestan las muertes de los jóvenes?, ¿Cuánto cuesta la paz?, ¿Cuánto cuesta la reconstrucción emocional de un país?, ¿Cuánto cuesta construir una verdadera Democracia? … ¿Cuánto?. Evidentemente, la revolución quiere ciudadanos pasivos y no acepta la crítica, prefiere venezolanos sometidos a su proyecto político y ello le quita fuerza a la sociedad, facilitando y construyendo los espacios que ilegalmente ocupa el gobierno.

En este momento histórico,  emergen por todos lados protestas estudiantiles, el régimen busca controlar la opinión pública, incluso impuso un blackout informativo que ni el twitter se salva, las fuerzas policiales están en la calle, las tanquetas circulan donde existen concentraciones y detienen violentamente a los estudiantes.   Lo grave es que se confunden Estado y Gobierno, y lo que brota es la cabeza del totalitarismo en su complejidad hace que no funcionen los niveles intermedios que son los que tienen la misión para solucionar las demandas de una gran mayoría de venezolanos que exigen cambios y justicia.

Es algo tangible, debemos tomar para el análisis, la crisis continuara en lo económico y político, las empresas tomadas por el régimen están abandonadas o disminuyen su capacidad de producción, generándose escasez con inflación. La revolución maneja tácticamente todos los poderes del Estado, la angustia en los miles de venezolanos crece cada día,  porque pareciera que el régimen” no piensa en las futuras generaciones sino en las próximas elecciones”. Su objetivo es mantener el poder cueste lo que cueste.

Germina el fantasma de la ingobernabilidad, fenómeno que destruye apuradamente la democracia, mostrando un escenario político nacional de destrucción que se compara  con la temeridad. Otro de los aspectos político, que potencia la ingobernabilidad es lo electoral, la brecha en los resultados del pasado 14/A,  estimula el fantasma de la ingobernabilidad en Venezuela, aunque el régimen mantiene un inflexible control institucional en la Asamblea Nacional (AN) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Que lo sepa el mundo entero y toda Venezuela, Nicolás Maduro no es Hugo Chávez, la revolución sin su comandante tiene una bitácora desorientada para reflotarse buscar su verdadero rumbo. El liderazgo y olfato de Chávez,  lo llevo a manejarse estratégicamente, sabia cuando jugar posición adelantada y radicalizarse, pero, también sabía retroceder cuando había que hacerlo, llamaba al dialogo así no se diera en su futuro cercano y mostraba una postura política flexible, respetuosa hacia la oposición y una actitud democrática, indiscutiblemente pensaba en su gobernabilidad.

Mi reconocimiento a Leopoldo López

Leopoldo López, cumplió su palabra, le demostró al régimen que no le tiene miedo, su palabra estaba empeñada con su acción, finalmente se entregó. Viendo a Leopoldo pensé en su familia, en sus hijos, en los estudiantes muertos, en Venezuela… este acto de coraje tiene su precio y se valora, muchos líderes se han convertidos en grandes sofistas, temen ser torturado por el gobierno.

Hoy 18 de Febrero de 2014, se escribe una nueva historia en la política Venezolana, si existen estudiantes y políticos valientes, tal vez otros líderes políticos sigan el ejemplo de Leopoldo López y seguramente, se escuchara en corto tiempo un estruendoso grito: Leopoldo somos todos, es sinónimo de Palabra y Valentía!

 

Director de la consultora Hercon

marcoshernándezlópez@gmail.com

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