La historia de amor de Tío Simón en la Isla

A un hombre de llano bien puede inspirarle el paisaje marino. Tanto como para regalarle a su esposa el mar de las Antillas. elsoldemargarita.com.ve/ Verónica Medina

Así lo hizo Simón Díaz. Corrían los años 60 y la música no le llenaba los bolsillos al cantautor venezolano. Pero él quería regalarle algo realmente grande a su esposa Betty. Y estando en la bahía de Juan Griego le dedicó la canción “Luna de Margarita”.





Su hija Bettsimar Díaz cuenta la anécdota en una serie de micros titulados “Todo sobre mi padre”.

“En ese momento mi mamá estaba embarazada de mí”, agrega.

En una de sus presentaciones,?Simón contó la historia: “Yo recostaba mi cabeza en mi almohada de esperanza que era la barriga de mi mujer, viendo la luna y recordando que estaba más limpio que nalga de muchacho chiquito y entonces a cuenta de poeta, le di el regalo más bello y caro que jamás hombre alguno ha regalado. Le regalé pues, a mi mujer, en una canción el mar de las Antillas; ni es colombiano ni es venezolano. El mar de las Antillas es de mi mujer”.

Desde entonces, el tema no solo se convirtió en un obsequio de amor, sino en una referencia para la cultura margariteña.

La hermosa composición fue elegida por la coreógrafa alemana Pina Bausch para su obra “Nur du”, que se estrenó en Wupperthal, en 2002. Y el cineasta alemán, Wim Wenders, hizo lo mismo para su documental “Pina”, estrenado en 2011.

Más anécdotas

Otro tema más dicharachero que nace del folclore margariteño es “Por Elba”. El cronista insular, Verni Salazar, cuenta que la canción tiene su origen en una expresión de los neoespartanos: “por el vapor”, pero que al escucharlo Tío Simón entendió “por Elba”.

Salazar también recuerda que Simón Díaz cantó una gaita a los insulares titulada “Los margariteños”. “Para aquel momento (los años 70) hacían gaitas a modo de chistes y Hugo Blanco compuso esa pieza que la cantó el maestro”, rememora el cronista.

La pieza no le causó mucha gracia a varios músicos insulares, porque “ridiculizaba” a los margariteños. No obstante, el cantautor siguió frecuentando la Isla, y el episodio se convirtió en una anécdota que hoy se cuenta entre risas.

El promotor cultural, Roki Viscuña, dice que son muchos los homenajes que se le han brindado a este gran exponente venezolano. Recuerda uno en especial en el que participó dirigiendo el coro de la extinta Fundación Niños Cantautores de la Isla. “Cantamos ‘Caballo Viejo’ junto a la Coral de la Universidad de Oriente. Fue un acto hermoso que realizamos en 1994”.

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