El miércoles como todos los años, los feligreses y devotos del Nazareno de Chacao esperaban la hora para ir a la procesión a cumplir la promesa que por una u otra cosa le prometieron a Jesús el hijo de Dios. Muchos fueron a profesar su fe, pedir por la paz y la reconciliación y se consiguieron con una Guardia Nacional enfurecida y llena de odio lanzando bombas lacrimógenas y perdigones a todos los asistentes a la procesión.
Solo un gobierno tirano permite que sus efectivos militares ataquen la procesión de tan respetado rito como lo es el Nazareno. Muchos jerarcas se deben reír por satanizar ese culto que lleva años realizándose en sana paz y, en revolución la fe no es respetada, porque vale más reprimir que edificar ante la oración.
Estamos convencido que el Nazareno hará justicia y los que irrespetaron su túnica morada serán castigado por tal osadía, sé que no será un castigo de hombres será un castigo celestial, que será recordado toda su vida.
Ya este gobierno perdió el respeto por lo sagrado como lo hizo Fidel Castro con las iglesias en Cuba, que las persiguió hasta que ellas mismas se escondieron o se ausentaron de la vida pública.
Ver a niños vomitando, corriendo despavoridos, asustados y heridos en un día tan importante y sagrado debe ser rechazado desde cualquier punto de vista. Hechos como esos no deben ser permitidos en sociedades democráticas, solo los violadores de Derechos Humanos se sienten complacidos por matar la fe de un pueblo que no se cansa de luchar.
El mundo vio como los violentos de la Guardia Nacional mancillaron a unos feligreses que estaban cumpliendo con su deber religioso, no tumbando gobierno como lo quiere hacer ver el gobierno represivo de Maduro.
La iglesia debería solicitar más respeto por la casa de Dios y de sus costumbres, no puede ser posible que los curas y sus miembros deban hacer silencio ante semejante atropello. La Guardia Nacional le debe una disculpa a millones de venezolanos que están indignados por los hechos ocurridos el miércoles en la procesión del Nazareno bendito.
Solo queda pedirle a Dios mucha paz y equilibrio para perdonar a estos violentos Guardias Nacionales que lo que buscan es arrodillar al pueblo venezolano desde cualquier punto de vista, sin que puedan protestar a través de su fe y sus creencias. Jesucristo saco a los mercaderes del templo, así debemos sacar a la Guardia de toda violencia y desencuentro entre hermanos.
Solo la confianza en Dios nos ayudara a salir airoso de estos esbirros que quieren quebrarnos la esperanza de un mejor país.
@felixvelasquez