José Vicente Carrasquero: ¿Dónde están los reales?

José Vicente Carrasquero: ¿Dónde están los reales?

thumbnailjosevicentecarrasqueroRecientemente, Venezuela ha vivido el más largo período de bonanza petrolera de los últimos 56 años.  Los precios del barril de petróleo han rondado los 100 dólares por mucho tiempo. Sin embargo, los venezolanos tienen en este momento, la peor calidad de vida del planeta cuando se le mide desde la capacidad de generar riqueza.

Durante los últimos años el país ha vivido como quien se gana un billete gordo de la lotería y se dedica a dilapidar su fortuna a manos llenas, pensando que es inagotable. Les ha regalado dinero a países amigos, ha financiado campañas políticas de cuanto candidato promete poner en práctica el socialismo mediocre que se profesa desde Venezuela, ha regalado hospitales, conjuntos habitacionales, hospitales, aeropuertos, aviones civiles y de guerra, helicópteros, escuelas, sambódromos, y cualquier cosa inimaginable que a un botarate nuevo rico, le parezca le traerá simpatías.

Capítulo aparte es el mantenimiento de los burócratas parasitarios de Cuba, Nicaragua y Bolivia para solo nombrar algunos. En el caso cubano el desangre diario es verdaderamente lamentable. Solo a un intercambiador de petróleo por espejitos se le puede ocurrir que los cubanos podían hacer un mejor sistema de identificación o manejar las notarías mejor que los profesionales venezolanos. Con lo que se ha malbaratado en operativos de salud cuyos malos resultados están a la vista, se pudo haber creado una escuela de medicina en cada estado del país con la competitiva calidad de nuestras universidades. Pensar que los cubanos tenían capacidad de resolver los problemas eléctricos del país raya en el paroxismo. Asociarnos a Cuba solo ha traído atraso y empobrecimiento.





Mientras, los verdaderos dueños de las riquezas regaladas, hacen largas colas para conseguir papel higiénico, los bolivianos producen suficiente para exportar a Venezuela. Importamos carne de uno de los países más pobres de la región como es Nicaragua. Nos hemos convertido en un cliente cautivo de muchos productos brasileños que de cualquier manera son de compañías del vituperado imperio.

El asunto de la comida clama ante los ojos de Dios. Las colas, las peleas por la poca disponibilidad de productos que llega a los mercados, la mala calidad de los mismos, la imposibilidad de escoger entre distintas marcas, la escasez absoluta de aceite de maíz y un largo etcétera han hecho de Venezuela un país africanizado donde la gente gasta la mayor parte de esfuerzo y tiempo en satisfacer las necesidades fisiológicas. Por cierto, una de las más severas críticas de Marx al capitalismo.

El venezolano pasa trabajo esperando en largas colas que le vendan gas. Así como lo lee. En el país con las más grandesreservas petroleras del planeta, los propietarios de la riqueza se ven sometidos a la humillación de filas interminables en las cuales además, no se paga el precio regulado.

El gobierno es pródigo en excusas. Existe todo un aparato comunicacional destinado a culpar al imperio, a los apátridas, a la derecha rancia, al sabotaje y a los enemigos del proceso de todas las fallas del modelo económico que representa uno de los mayores fracasos en la historia de la humanidad.

Resulta difícil explicarle a un extraño por qué un país con las riquezas naturales de Venezuela tiene a su gente viviendo en condiciones extremas de pésima calidad de vida tanto en lo social, como en lo económico y lo político. No entienden el auge del crimen, no entienden los estantes vacíos, que sea imposible adquirir un vehículo, que no se pueda ni pensar en comprar un apartamento, que suframos una gravísima fuga de cerebros, que las empresas estén paralizadas, que las aerolíneas hayan reducido sus frecuencias.Y la peor de último, que nos hayamos endeudado como nunca antes en la historia sin que se vean resultados u obras que lo justifiquen.

El manido argumento del sabotaje da vergüenza. Uno no oye a Correa en Ecuador quejándose de enemigos internos ni metiéndose con los empresarios. No se ve a Morales lloriqueando que le impidan gobernar. Ortega se la lleva de lo mejor con todo aquel que quiera invertir en su país. En ninguno de esos países hay control de cambio y en todos, la calidad de vida de los ciudadanos es mucho mejor que en Venezuela. Y todos, son países más pobres que el nuestro.

Lo cierto es que los ríos de dinero que entraron en el país no se ven representados en obras de envergadura. El sistema de trenes está muy lejos de lo prometido. La agricultura está en el último grado de abandono. Los pacientes de cáncer sufren, además, la indolencia de un gobierno incapaz e insensible. El sistema educativo es muy pero muy mediocre.

¿Dónde están los reales?

En su reciente libro un renombrado comunicador social venezolano narra la historia de una importante cantidad de personas afines al gobierno que disfrutan de grandes fortunas en los Estados Unidos. Vuelan en aviones privados, tienen mansiones, yates, vehículos de lujo y. por supuesto, cientos de millones de dólares saqueados del tesoro público.

El peor ministro en la historia venezolana, el que dijo que teníamos que acabar con el rentismo, denunció estafas contra los sistemas cambiarios por miles de millones de dólares. No hay investigaciones al respecto,con lo cual, se entiende que la palabra de este nefasto funcionario carece de valor alguno.

Los reales no están en una infraestructura vial y ferrocarrilera del primer mundo. Los reales no están en hospitales en los que los bebes no sean puestos en cajas de cartón. Los reales no están en la monstruosa cifra de crímenes que asola al país. Los reales no están en los depauperados sueldos de los funcionarios de la administración pública, los profesores universitarios olos médicos. Los reales no están en la eficiencia para producir acero, aluminio o cemento. Los reales no están en un sistema eléctrico que satisfaga las necesidades de la población. Los reales no están en servicios de telefonía e internet acordes con el potencial de riqueza del país. Los reales no están en las deudas gigantescas con aerolíneas, ensambladoras, empresas de alimentos e insumos para la industria.

¿Dónde están los reales?

@botellazo