Toda mi vida he vivido pobre y “por eso apoyo a Chávez, porque ayudó a los pobres”, afirma Jessica Oropeza, ciudadana estadounidense residenciada en Caracas que hace 10 años contrajo matrimonio con un venezolano, publica El Periodiquito.
Jessica Oropeza es nativa de Estados Unidos se casó con un venezolano, quien posteriormente la abandonó y se llevó al mayor de sus hijos. Desde entonces empezó el calvario de esta gringa, que sin documentación y sin trabajo fue a parar a una invasión en Petare.
A pesar de todo lo que le ha pasado en estas tierras, asegura que “no tengo corazón para mi país, pero para Venezuela sí, porque aquí me gusta vivir, es muy diferente aquí”.
Oropeza habló sobre lo que representa para ella vivir en Venezuela, sin embargo, dijo que la gestión de Nicolás Maduro “está bien” pero debería ayudar más a las personas de bajos recursos.
Aunque Jessica Oropeza vive en una pequeña casa sin las condiciones mínimas de habitabilidad en un terreno invadido de la parroquia Petare, mantiene la esperanza de que el gobierno venezolano le brinde la ayuda necesaria para mejorar su situación de vivienda.
Su casa de tablas
Efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), tumbaron ranchos y destruyeron sembradíos ubicados en una ladera al inicio del Distribuidor Metropolitano de unas 20 familias parte de estas victimas son Jennifer con sus dos hijos, que a duras penas sobreviven.
“Si la Guardia Nacional me tumba mi rancho, yo lo voy a volver a montar hasta que me ayuden dándome una vivienda”, advirtió.
Madre venezolana con nación Americana
Jessica es madre de dos niños pequeños y fue abandonada por su esposo hace algún tiempo, él ya vive alquilado en otra residencia. “Mis hijos son los que sufren todo esto, si fuera yo sola, lucho sola, pero ellos están aquí”, dijo la ciudadana estadounidense.
Relató que en varias ocasiones fue a la Embajada de Estados Unidos porque tiene un hijo originario de ese país, dijo que estas diligencias no tuvieron ningún fruto porque no tenía dinero para completar los trámites. Insistió en que antes de esperar una ayuda del gobierno estadounidense, prefiere mantenerse en Venezuela.
“Me gustaría poder trabajar pero no tengo siquiera mis papeles venezolanos. El Gobierno no me ha ayudado con eso, pero yo tengo derecho a trabajar”, lamentó.
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