Para caminar por la acera norte de la carrera 23 entre 56 y 57 hay que estar alerta. Lo que amenaza a los vecinos no son choros, sino dos inmensos árboles que parecen un porfiado.
Más de 40 años tienen los árboles de eucalipto y mamón que crecieron dentro del perímetro del Bloque 10 de la urbanización El Obelisco. A pesar de sus años, lo que los ha acabado es la penetración de comején en sus raíces.
El clamor de los habitantes del bloque y viviendas adyacentes es la tala de ambos árboles. En primer lugar porque el poste que sostiene el sistema de electrificación, el servicio de Cantv y de televisión por cable de la cuadra quedó atrapado entre las ramas del árbol de mamón es decir, si el árbol cede, se traerá consigo ese poste y, posiblemente, los dos que hay en esa cuadra, ubicados a menos de 100 metros, como el propio dominó.
“Cuando llueven esos árboles se baten como tú no tienes una idea. Si se llegan a caer pueden causar una desgracia, como lastimar a alguien o alguna casa”, afirma Leida Álvarez, vecina.
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