Sin elecciones a la vista, 2014 debía ser un año de renovación para la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). De hecho, a mediados de diciembre pasado hubo un encuentro cerrado donde los jefes de los partidos tuvieron un primer acercamiento para reestructurar la plataforma. “Debemos trascender a nuestras diferencias”, dijo entonces el secretario ejecutivo, Ramón Guillermo Aveledo. Sin embargo, todo quedó en intenciones. laverdad.com / Juan Pablo Arocha
En enero el impulso que dieron María Corina Machado y Leopoldo López a su propuesta de La Salida, que aupó también la protesta callejera, cambió los lineamientos internos. También fracturó a la Unidad, una zanja que creció más cuando un grupo de la MUD aceptó ir al diálogo que propuso el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. “Los partidos, al igual que el país, están en crisis”, admite el diputado de la Asamblea Nacional por Proyecto Venezuela, Carlos Berrizbeitia.
Proyecto Venezuela -junto con Bandera Roja, Copei y Causa R- intenta sortear la divergencia de posturas que públicamente mantienen el bloque de Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática con Voluntad Popular, Alianza Bravo Pueblo y Vente Venezuela. Los tres partidos, con menor peso político electoral, han migrado entre ambas posturas. “Es necesario armar una estrategia unificada”, dice Berrizbeitia.
En algo, sin embargo, coinciden todos los sectores: la MUD ha funcionado en el tema electoral. Ese, al menos, debe ser el punto de partida que se debe tener en cuenta para cualquier discusión, dice el secretario general de PJ, Tomás Guanipa. “Ha permitido avanzar muchísimo. Las diferencias no nos han impedido trabajar juntos. ¿Quien se iba a imaginar que 800 mil personas que votaron por Chávez en 2012 lo harían por Capriles en 2013?”.
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