El pasado domingo el PSUV tuvo su jornada electoral para la escogencia de los delegados de su III Congreso, ciertamente, los procesos internos de los partidos por naturaleza son pocos concurridos, pero este evento conto con todo el musculo financiero y apoyo logístico del poder Estado, según no llego a 15% en participación. Desde Hercon Consultores siempre hemos dichos que el voto duro chavista se mueve entre 27% al 30%, muy lejos del 50% que dice tener el régimen.
La sala situacional de Miraflores debe estar muy angustiada, se desviste no solo su compleja crisis interna, sino su erosión en las bases del chavismo, ya el toque de diana o los cohetes no despiertan emoción y menos pasión para amanecer en colas para votar y a la vez refrendar un proceso de elección que solo busca apuntalar liderazgos agotados hasta viciados. No obstantes, calificados voceros de la revolución señalaron sentirse “satisfechos” por los resultados de las elecciones internas, resaltándose que la base neta de votantes supero los 7 millones; otros dirigentes con posiciones critica dentro del PSUVaseguraron que solo acudió 1 millón de personas a sufragar, sin embargo, no se han dado a conocer la cifrareal de participación de la jornada.
El domingo los militantes del oficialismo expresaron su descontento con su indiferencia, el régimen hizo una inversión millonaria para motivar a sus electores y no lograron una efectiva movilización como en épocas pasadas, todo un intento fallido, solo se observó poca presencia de votantes, muchos pudieran ser los factores que desmotivaron a los Psuvistasno participar en su evento electoral, mal augurio en un año preelectoral. La carta de Giordani quizás tuvo un efecto revelador y muy contundente por sus resultados.
Develada de manera tangible la situación interna dentro del PSUV, la oposición venezolana aún no tiene visión compartida en las estrategias y vías democráticas para enfrentar Maduro, esta desarticulación oxigena sin lugar a dudas un régimen fatigado que se encuentra contra las “cuerdas” por serios cuestionamientos, incluso denunciados por sus propios ideólogos. La oposición necesita de la unidad, no en el discurso sino en sus prácticas, en sus acciones conjuntas, tienen que entender los máximos líderes políticos opositores que no es momento para cálculos electorales y menos para la desunión. El pueblo opositor poco entiende de discursos, aquí lo que está en juego es un país, un pueblo golpeado por la inseguridad, la escasez, la inflación, el futuro de las nuevas generaciones.
Maduro, pese a su crisis interna, se ha venido preparando para las elecciones de 2015, sin duda todo apunta hacia ese horizonte, sabe que necesita controlar a la Asamblea Nacional para llevar adelante las transformaciones que beneficien al abstracto modelo político del Socialismo de Siglo XXI. Potenciar el poder popular es tratar de captar los votos necesarios para ganar nuevamente el Parlamento Nacional, la oposición esta llamada comprender la esencia del anunció demagógico – electoral de Nicolás cuando asegura que las Comunas obtendrán dólares preferenciales para importar insumos, maquinarias y comprar tecnología.
En síntesis, Si bien no se ha dado a conocer los resultados acerca de la participación por la militancia roja rojita, creo será un secreto bien guardado, porvoceros revolucionarios se sabe que la abstención fue alta. Dirigentes del partido de gobierno declaran que hubo una precaria participación que se movería entre 8% y 12% del padrón electoral del PSUV. Interesante, pero contradictorio la explicación del canciller, quien afirma la participación de la militancia “está en los promedios de un proceso interno; más que un proceso cuantitativo, hay que verlo como un proceso cualitativo”…los resultados de una elección son cuantitativos, lo relevante no es si fueron resultados cuantitativos o cualitativos, es la comprensión que hace el análisis lógico, sella: La gente quiere cambio de gobierno.
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