El abuelo de Cheverito es cubanito (nació en Cuba)

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El “abuelo” de Cheverito, en plenitud, 50 años antes, promocionando el turismo en Cuba. Imagen cortesía de @Yusnaby

 

Cheverito, la comiquita que utiliza el Ministerio de Turismo de Venezuela para intentar incentivar el turismo en Venezuela, resulta que es un plagio de un personaje ficticio que utilizó la dictadura de Cuba para promocionar el turismo en la isla en los años setenta, según reseña el portal Cubanet.

En los primeros años de lo que sería la dictadura cubana. se creó el Instituto Nacional de la Industria Turística (INIT), con la intención de buscar atraer turistas al país caribeño proveedores de las divisas que ya los expropiados cultivos de caña no podían generar. Crean así un personaje, cámara en mano la mano derecha, saludo en alto con la mano izquierda y amplia sonrisa, con un sombrerito de palma en la cabeza, que invitaba a disfrutar de las bellezas turísticas de la isla, tal como la hace la comiquita que estrenó el Ministerio de Turismo de Venezuela la semana pasada.





Comparando ambos grafismos. con los al menos 50 años de diferencia, es claro el plagio de la versión actual del grafismo cubano. Al respecto, el portal Cubanet reproduce el un escrito de Yusnaby Pérez (@Yusnaby) que dice:

 

Abuelo cubano

Los asesores de Nicolás Maduro, una vez más, han “copiado y pegado” una estrategia política fracasada del régimen cubano.

Reabriendo las páginas polvorientas a punto de olvidarse de lo que fue Cuba en los primeros años de la “revolución”, encontramos el abuelo criollo de Cheverito. Por ese entonces era la figura propagandística del INIT (Instituto Nacional de la Industria Turística) quien pretendía promover de igual modo viajes en la isla, mostrando a un cubano con cámara en mano que corría por los campos.

El abuelo cubano de Cheverito se las vio negras para poder hacer turismo nacional. A los pocos años de su lanzamiento, el régimen comenzó a construir hoteles y centros recreativos sólo para extranjeros. En poco tiempo todos los bares, discotecas, incluso hasta la conocida Tropicana comenzaba a poner sus precios en dólares americanos, dejando al pobre “turista nacional” con pesos en el bolsillo y sin opciones.

Los supermercados estatales comenzaron a prohibirle la entrada a los cubanos. Todo se vendía en dólares (desde una Coca-Cola hasta una bolsa de leche) y únicamente podían comprar los extranjeros, mostrando previamente su pasaporte. La Policía Nacional Revolucionaria perseguía, capturaba y encarcelaba a todos los cubanos (salvo familiares de ministros y militares) que tuviesen aunque fuese un dólar en el bolsillo. Los capturados con esta moneda indispensable para hacer turismo nacional cumplían hasta siete años de prisión.

El final del abuelo de Cheverito fue trágico: murió ahogado en el Estrecho de la Florida escapando del “resort socialista cubano”, en una balsa rústica hacia algo muy preciado que se llama libertad.

 

Poco que agregar a los expresado por el bloguero cubano. Saque usted estimado lector sus propias conclusiones (lapatilla.com)