La película “Amor” vista por Alfonso Molina

La película “Amor” vista por Alfonso Molina

Amor pelicula
Michael Haneke, a la izquierda, explica una escena de ‘Amor’ a dos actores fundamentales en el cine francés: Emmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant

 

Hay películas que no se parecen a nada. Dos años ha tardado Amor en estrenarse en Venezuela, debido fundamentalmente a razones de divisas inaccesibles para adquirir sus derechos de distribución y exhibición en el país. Pero ya llegó y no vacilo en recomendarla. Una película que habla del amor de manera insólita y a la vez íntima. Un homenaje al acto último de la vida que reivindica las razones de la vida.

El austríaco Michael Haneke se ha labrado un lugar en la historia del cine gracias a una brillante aunque desoladora trayectoria que incluye, entre otros títulos, Funny games (1997), Código desconocido (2000), La pianista (2001), ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes. Caché o Escondido (2005), que le valió el galardón al mejor director en el Festival de Cannes y a la mejor película y mejor director de los Premios del Cine Europeo en 2005, La cinta blanca (2009), merecedora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes y del Globo de Oro a la mejor película no hablada en inglés, y esta Amor (2012), que ha arrasado con todos los laureles de Europa y América, incluyendo el Oscar a mejor película de habla no inglesa, la Palma de Oro en Festival de Cannes y el Globo de Oro a la mejor película en lengua no inglesa. Es decir, se trata de un cineasta mimado por la crítica y los festivales y premios del mundo, a pesar de que su filmografía se caracteriza por una visión sombría sobre los seres humanos.





Amor, como lo expresa su título, narra una historia de amor —que tiene mucho de belleza y también de tristeza— desde la perspectiva de la relación de una pareja. George y Anne conforman un matrimonio de ancianos que han pasado toda una vida juntos. Ya en sus ochenta y tantos años, ambos comparten sus gustos y aficiones como profesores de música jubilados. Viven en un apartamento en París donde escuchan a Schubert, reciben a alumnos y admiradores, toman sus medicinas y se alimentan con frugalidad. De pronto, la sombra de una enfermedad amenaza el orden que han construido. Anne comienza a ceder sus rasgos vitales mientras George intenta atenderla lo mejor posible. La vejez es muy cruel, pero no invalida el amor entre ellos. En particular porque George está consciente de lo que sucede y sabe que la muerte es inminente. Entonces procede a realizar su último acto de amor antes de tomar su propio camino.

Haneke logra un relato impecable, minucioso, detallista, sin ningún tipo de artificio. Hace uso del encuadre de una forma sorprendente. Su cámara está allí, como si fuera otro habitante del apartamento, como un testigo más. Contempla a dos personajes que se mueven, hablan, comen o guardan silencio. No hay detalles gratuitos. Todo transcurre en ese breve espacio. Allí se desarrolla una nueva etapa en la vida de estos dos octogenarios, signada por la dependencia y la solidaridad. Hay una perspectiva masculina —la de George— que define el transcurso de la historia y propone sus reflexiones sobre la vejez, la impotencia y la conciencia de lo inevitable.

El trabajo interpretativo de Emannuelle Riva y Jean-Louis Trintignant es conmovedor. Dos íconos de la escena francesa juntan sus talentos para expresar el proceso doloroso que atraviesan estos dos amantes que cumplen su propio ciclo vital. De manera muy realista, sin grandes gestos, extraen las angustias y convicciones de ese par de ancianos que aprenden algo nuevo cuando creían que ya lo habían aprendido todo. Otro ícono de otra generación, Isabelle Huppert, interviene como Eva, la hija que no logra comunicar su afectividad hacia sus padres, la que no puede tocarlos.

Con todo, Amor es un film distinto dentro de la filmografía de Haneke. Más amable que La pianista, menos intransigente que La cinta blanca, propone una visión digna de la ancianidad y una solución dramática que se corresponde perfectamente con el título que su director escogió. Una obra especial sobre algo tan esencial en la vida de todos.

AMOR (Amour), Francia, Austria y Alemania, 2012. Dirección y guión: Michael Haneke. Producción: Margaret Menegoz, Stefan Arnd, Veit Heiduschka y Michael Katz. Fotografía: Darius Khondji. Montaje: Nadine Muse y Monika Willi. Director de Arte: Jean-Vincent Puzos. Elenco: Jean-Louis Trintignant, Emmanuelle Riva, Isabelle Huppert, Alexandre Tharaud, William Shimell.  Distribución: Cinematográfica Blancica.

 

Publicado originalmente en Ideas de Babel