En un entorno con inflación sobre 50 por ciento y escasez cerca de 30 por ciento, el gobierno de Nicolás Maduro se dedica a multiplicar los controles con la esperanza de lograr a la fuerza el abastecimiento de productos baratos. La Verdad
Con tan solo 16 meses en la Presidencia de la República, Maduro lanzó y reeditó una serie de medidas para reforzar las regulaciones, sin que ninguna garantizara el regreso de los artículos a los anaqueles o la estabilidad de los precios.
En promedio, cada dos meses y medio el mandatario nacional anuncia nuevas acciones orientadas a revertir el desabastecimiento de los rubros y frenar su encarecimiento, sin que ninguna muestre hasta ahora resultados concretos.
El jefe de Estado maneja una larga lista de las que, a su juicio, son las causas de la inflación y la escasez. La primera se la adjudica a la guerra económica de la burguesía, a la especulación del sector privado y a la cultura de las ganancias excesivas. La segunda se la achaca al contrabando de extracción, al consumismo de los venezolanos, al acaparamiento de las empresas y las comprar nerviosas. Las excusas abundan.