Juan Guerrero: Leer para ser libre

Juan Guerrero: Leer para ser libre

thumbnailjuanguerreroHace ya algunos años leí Como una novela, del profesor Daniel Pennac. De los derechos del lector, menciona uno que es ciertamente curioso: el derecho a no leer.

Para muchos especialistas “la lectura es un placer”. Esto se convirtió en un eslogan en la promoción del libro y la lectura, por los años ‘90s., cuando se realizaron programas realmente serios, con la participación de docentes e investigadores de universidades públicas venezolanas.

Leer es ciertamente un placer. Sobre todo en los períodos iniciales de la lectura. Tanto en el modelaje de quienes se inician, sean estos niños y jóvenes, como en quienes desarrollan posteriores hábitos de lectura y escritura, sean estos lectores iniciales o en etapas intermedias.





Sin embargo, en lectores más avanzados, denominados lectores fluentes o independientes, la lectura se convierte en algo más que un placer y un hábito. Es una actitud y un compromiso de vida. Por lo tanto, deviene acto político (no confundir con partido o grupo) que desarrolla la consciencia lectora y transforma al lector y al usuario de la lengua escrita, en sujeto activo que se transforma y transforma su entorno.

La lectura está inserta en nuestro entorno y en este sentido, es la vida misma el primer libro que todo ser humano lee. Leemos constantemente nuestro entorno bien que en nuestras primeras etapas apenas balbuceamos palabras. El color, la textura de los objetos, su forma, el sonido, el olor y los sabores van moldeando nuestro gusto, nuestro sabor y saber por la existencia.

Por eso cuando nos encontramos con un texto escrito, sean mensajes publicitarios, anuncios, noticias de periódicos y revistas, hasta los libros como tales, buscamos reconocer en alguno de sus detalles, rasgos de nuestra experiencia primigenia de ese inmenso libro que es nuestro entorno.

Reconozco el aporte que sobre el modelaje y el interés por la lectura aportó el ex presidente Hugo Chávez Frías. Independientemente de sus posturas ideológico-políticas el desarrollo del modelaje lector hacia grupos sociales altamente descuidados en épocas pasadas, fue altamente positivo. La posterior iniciativa de los procesos de alfabetización incorporó a millones de ciudadanos en procesos medianamente complejos de lectura y escritura.

Sin embargo, a más de diez años esas experiencias no se han terminado de incorporar a los procesos formales de enseñanza-aprendizaje de una real y verdadera Educación Idiomática. Aún se sigue arrastrando con la maniquea práctica de la enseñanza de la lengua de manera mecanicista y profundamente gramaticalista.

La advertencia que desde hace más de 25 años indicó la UNESCO sobre los peligros del analfabetismo y el analfabetismo funcional como enemigos del desarrollo integral de los pueblos, se cierne sobre nuestro país día a día.

Si bien Venezuela pudo ser declarada como zona libre de analfabetismo en la década pasada, el riesgo del analfabetismo funcional se está convirtiendo en un fantasma que impide el pleno desarrollo de nuestra sociedad.

La variedad en la selección de lecturas en textos pedagógicamente seleccionados, según la edad del neo lector, forman parte del interés en la promoción de la lectura y la escritura.

Y es que, según indica Pennac en sus derechos del lector, el verbo leer no admite ningún imperativo. Es algo así como el verbo amar. A nadie se le debe imponer que ame, como tampoco que lea. Ama! Lee!. Así, de golpe y porrazo, aleja al sujeto de su interés por la lectura.

No solo el intento por imponer determinas lecturas aleja al sujeto, también lo predispone negativamente a una experiencia que quizá inicialmente pudo interesarle. Por eso el acto de leer siempre será un ejercicio de libertad para todo ser humano porque está grabado en su memoria y es parte de su carne y de su sangre.

El peligro de un retroceso en la difusión y promoción de la lectura y escritura está llevando, a muchos ciudadanos inicialmente alfabetizados, a etapas de estancamiento y atraso que impiden formar profesionales con altos niveles de excelencia académica y lo que es peor, al descuido y olvido de sus actos de hablas para transmitir y fortalecer el propio idioma español venezolano.

Por esta y otras razones, la aparición en el escenario nacional de liderazgos políticos, militares, económicos y académicos, están dolorosamente cruzados por individuos con una lastimosa práctica idiomática. En ellos se pueden detectar rasgos de un fuerte analfabetismo funcional, una subcapacitación idiomática donde no existe coherencia ni cohesión, ni mucho menos lógica discursiva.

Se hace indispensable planificar un programa nacional de lectura y escritura donde la orientación académica universitaria, a más de la participación de escritores y artistas, como también las organizaciones políticas, unan esfuerzos en la difusión y promoción de la lectura y escritura.

(*) [email protected] / @camilodeasis