El turismo “chévere” es misión imposible

El turismo “chévere” es misión imposible

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Cómo fracasar en la aventura de seguir a Cheverito en su recorrido por Venezuela. La promoción del turismo nacional es tan cuesta arriba como planificar unas vacaciones con la inflación anualizada en un pico de 60 por ciento, así lo publicó La Verdad

José Flores Castellano / Maracaibo / [email protected]





Chévere es el estado de máximo bienestar en Venezuela. Si gozamos de buena salud diremos que nos sentimos chévere; si la rumba se extiende hasta el amanecer, diremos que la pasamos chévere. Probablemente a eso se refería Simón Bolívar cuando perseguía a caballo “la mayor suma de felicidad posible” en el Cono Sur, ¿por qué no?

Chévere: sinónimo de estupendo, buenísimo y excelente. Adverbio que significa muy bien, de acuerdo con la Real Academia Española. Justo así vive Cheverito, la mascota que el Ministerio de Turismo creó para impulsar los viajes recreacionales dentro de nuestras fronteras, donde la inflación anualizada es de 60 por ciento y donde una deuda mil millonaria con las aerolíneas extranjeras le impiden a los ciudadanos visitar otros países.

Blanco, de unos 22 años, maneja dos rústicos, uno rojo y otro gris, en los que recorre los parajes más forestados y las playas más cristalinas que una economía devaluada puede ofrecer. Viste bermudas, franelilla y gorra. Lleva a cuestas un morral de excursionismo y una cámara fotográfica profesional.

Su bitácora ilustrada -Las Aventuras de Cheverito- es una guía de viajes imposibles para un trabajador que gane sueldo mínimo, o sea, 4.251 bolívares. (Nuestro amigo ya nos habría acusado de escuálidos amarillistas en Twitter si el Ministerio de Turismo no hubiese cerrado sin dar explicaciones su cuenta, @CheveritoTours).

De compras

“¿Botas de excursionismo tienen?”. El encargado de la tienda arruga la cara. No, hermano, desde hace tiempo que no nos llegan, parece decir la mueca. “Vete a una tienda que está en Bella Vista, ahí puede haber”. Antes de partir echo un último vistazo. Observo unos zapatos similares a los del hijo del ministro Andrés Izarra. Precio: mil 850 bolívares; marca: Bommel.

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