Default educativo por @JorgeBarrosod

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JorgeBarrosoThumbnailCon más de 70% de la infraestructura educativa deteriorada, déficit de maestros, y al parecer también de estudiantes, la agotadora y costosísima búsqueda de los útiles y del uniforme escolar; y la temida aprobación del anteproyecto de Ley Militar que, entre otros aspectos, prevé que nuestros hijos aprendan “la concepción de guerra popular prolongada” desde la guardería, el Gobierno intentó dar inicio a un nuevo período escolar en Venezuela.

“Toda la Patria debe ser una escuela”, escribió orgulloso Nicolás Maduro en su cuenta de twitter, a propósito del tímido, por no decir flojo comienzo de clases, de este 15 de septiembre. Habló de Revolución del conocimiento. Imagino se refería al adoctrinamiento, a las bases ideológicas, socialistas y antiimperialistas que insisten en imponerle a nuestros niños, niñas y adolescentes a través de los textos escolares y las famosas Canaimitas, porque si nos detenemos a analizar el estado real de nuestra educación, la verdad es que no nos conviene mucho que la Patria emule a nuestras deterioradas escuelas.

Pese a las promesas de la cúpula gubernamental, las estructuras del Estado no estuvieron listas para este 15 de septiembre, ni para el 16, e imagino que tampoco para antes de que finalice el mes de septiembre. ¡Mucha falta de seriedad y de voluntad!





De las 21 mil instituciones educativas en todo el país, según cifras de la Federación Venezolana de Maestros y del Colegio de Profesores de Venezuela, tan solo 6 mil fueron retocadas. Y ni eso permitió que se cumpliera el llamado del Ministro de Educación para iniciar las actividades académicas en un 50%. Para ofrecer educación de calidad Presidente Maduro, hace falta construir muchas escuelas.

La realidad es que el Estado sigue en mora con la educación venezolana, con los padres y representantes que tuvieron que invertir más de 5 sueldos mínimos para garantizar la lista escolar a sus hijos, producto de una inflación que nos consume y que parece indetenible.

La realidad es que muchos estudiantes de maternal, básica y bachillerato regresarán a las aulas sin las herramientas necesarias para su aprendizaje, porque su familia no pudo comprarle todos los implementos. ¿Y cómo hacerlo? si este año, según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores, Cenda, el precio de los útiles, textos y uniformes se incrementó en 175,18%. ¡Una Barbaridad!

Para primaria los costos aumentaron en 141,5%, lo que es igual a 11.838,63 bolívares. Casi 3 sueldos mínimos. Y para secundaria se incrementaron 120,2%, alcanzando los 16.124,33 bolívares. Cifras impagables para una familia promedio venezolana, si es que los consigue.

La señora Ana Sosa, vecina de El Marqués de Caracas, hizo magia para completar la lista de sus dos varones. “Doy gracias a Dios de que no están los dos en secundaria porque no sé qué hubiese hecho para poder comprar todos los útiles. Las listas cada vez parecen ser más largas, los útiles no se consiguen y si los encuentras están carísimos. Más de dos sueldos me gasté en cubrir la lista de mi hijo de primaria. Y ni hablar de los libros que aún me faltan para el de bachillerato. Todo sea por la educación de mis hijos, ojalá el pequeño pueda heredar los de mi hijo mayor”, nos comentó mientras intentaba completar una de las listas.

El señor Gabriel Paredes, también del municipio Sucre, tuvo que pedir dinero prestado para poder comprar los útiles a su niña. “El otro día pregunté por un bolsito chiquitico para la niña, que va a empezar el Kinder, y la señora me dijo que costaba 2 mil bolos. Le dije ‘señora pero si en ese bolsito no cabe ni un paquete de Harina Pan’. Todo está demasiado caro, no podemos seguir viviendo así”.

Y así vamos. En retroceso. Con un sistema educativo destruido y malquerido, como malquerida es nuestra salud, nuestra seguridad y nuestra Patria.