Marchas a favor y en contra de Rafael Correa deja saldo de 15 policías heridos

 

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Este miércoles miles de manifestantes a favor y en contra del gobierno de Rafael Correa midieron fuerzas en Ecuador, en una jornada que, según autoridades, dejó al menos 15 policías heridos y varios detenidos.

Sindicatos y grupos opositores de indígenas, estudiantes y médicos reunieron a miles de personas en protesta contra políticas e iniciativas del gobierno, que respondió con una nutrida concentración oficialista frente a la sede presidencial, en el centro de Quito.

“La respuesta ha sido inmensa. ¡Qué fracaso que han tenido! (…) Somos más, muchísimos más”, proclamó Correa ante sus seguidores.

Los dirigentes de la protesta reivindicaron igualmente el triunfo al término de la jornada que fue convocada en rechazo, entre otros, a una reforma laboral, todavía en discusión, y a una enmienda constitucional para incorporar la reelección indefinida, que permitiría a Correa continuar en el poder después de 2017.

“Miles de trabajadores se han movilizado a nivel nacional para ratificarle al gobierno que está implementando políticas contra el pueblo”, dijo José Villavicencio, presidente de la Unión General de Trabajadores de Ecuador.

Al inicio de las marchas, policías y manifestantes forcejearon cerca del colegio Montúfar, en el sur de Quito. Los uniformados, que según el gobierno evitaron el uso de gas lacrimógeno, emplearon escudos y bastones para repeler la protesta.

“Tenemos cerca de 15 policías heridos, algunos con la nariz rota; mujeres policías con heridas en su rostro”, señaló el ministro del Interior, José Serrano, al canal público de televisión.

Las autoridades no suministraron un balance de detenidos, pero según el diario El Comercio hubo “más de 72” arrestados por los incidentes que estallaron en las cercanías del centro escolar. Las movilizaciones se extendieron a otras ciudades como Guayaquil y Portoviejo y Santo Domingo.

 

Pulso en las calles

Correa, en el poder desde 2007 y quien gobierno con altos índices de popularidad, enfrentó la primera protesta importante tras el revés electoral de su partido Alianza País en los comicios municipales del 23 de febrero, en los que perdió las alcaldías de Quito, Guayaquil y Cuenca y otras capitales provinciales, aunque se mantuvo como la principal fuerza a nivel nacional.

Centrales obreras y activistas sociales se movilizaron para lanzar una advertencia al gobierno sobre el proyecto laboral que todavía no ha sido presentado al Congreso de mayoría oficialista, y que según líderes sindicales pretende afectar su derecho a la huelga y a la organización sindical, lo que es negado por el Ejecutivo.

“En el borrador de Código Orgánico de Trabajo no está garantizada la estabilidad laboral, ni el derecho a huelga, y el mensaje que queremos enviar es que queremos estabilidad y respeto de los derechos laborales”, expresó Villavicencio.

La protesta también incluyó a indígenas que rechazan una ley que les quitó el control del manejo del agua en sus territorios; a trabajadores de telefónicas extranjeras a quienes el gobierno les recortará las utilidades en beneficio del Estado, y a estudiantes que se oponen a una eventual alza de los pasajes de transporte.

De su lado, Correa descartó cualquier diálogo con los grupos opositores que protestaron este miércoles, defendió logros como el fin de la tercerización laboral (intermediación), y acusó a los manifestantes de pretender desestabilizar al gobierno.

Vamos a estar “todos juntos, porque el objetivo inmediato es desestabilizar la revolución”, señaló el mandatario, enfatizando que esos planes también involucran a la “derecha internacional” que, según él, intenta crear en Ecuador el mismo caos que desató en Venezuela.

Durante la marcha opositora, los manifestantes gritaron “no reelección” en referencia al proyecto de enmiendas que está estudiando la Corte Constitucional, que deberá definir si debe ser aprobado por el Congreso de mayoría oficialista o sometido a consulta popular. Mientras los oficialistas ratificaron su pleno respaldo al gobernante. “Estamos aquí listos para respaldar todo lo que Correa está haciendo. Se ve muy claro que intentan desestabilizar el trabajo del presidente”, dijo Alba Vallejo, una activista del partido de gobierno de 49 años. (AFP)