Apostar, la nueva moda entre los jóvenes con muchos riesgos

Foto El Tiempo
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Expresiones como “la baja”, “el macho”, el “runline” y el “moneyline” se han hecho comunes en el lenguaje cotidiano de adolescentes de algunas localidades del país, publica El Tiempo.

En las zonas centro y sur de Anzoátegui, esta jerga -proveniente de un sistema de apuestas- ha revolucionado literalmente la forma de hablar y actuar de los muchachos, cuestión que ha puesto con las manos en la cabeza a padres y docentes, aunque  otros lo consideran  como una práctica  inofensiva.

Este juego  de envite  consiste en seleccionar dos o más eventos (generalmente deportivos) sin un orden específico y asignarles un monto para apostar. Entre más juegos sean elegidos, mayor es la apuesta o la posibilidad de ganar y esta es calculada según fórmulas matemáticas, dependiendo de los llamados “logros” o “cuotas de eventos”.





En Anaco y El Tigre esta modalidad de juego está muy de moda en la población estudiantil. Lo peor es que transcurre ante la mirada complaciente de algunos progenitores, quienes incluso, animan a sus hijos a acudir a los centros de juego y los llevan de la mano.

Hay chicos que lo hacen a escondidas, pero igual muchos otros  terminan gastando el dinero de sus meriendas o ahorros, mientras sueñan con la posibilidad de duplicar o triplicar lo que pagan.

Engaño adolescente   

Durante todo el año, en temporada de clases o en vacaciones, es frecuente ver a muchachos que acuden  emocionados a estos centros de apuestas deportivas o agencias. Incluso, hasta hace unos días se les veía con uniformes escolares y con el dinero de su desayuno en la mano, dispuestos a ganar con el favorito del día.

Un chamo de 13 años, del cual omitiremos el nombre de acuerdo con lo establecido por la Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopnna), visiblemente nervioso pero sonriente, manifestó que semanalmente apuesta. A lo largo del Mundial de Fútbol, que culminó en julio pasado, no dejó de hacerlo ni un solo día.

“Mi mamá no sabe que yo juego. El dinero que ella me da es muy poco. Con 20 bolívares puedo ganarme hasta 500 si acierto todo. Es una buena forma de ganar plata, por lo menos es mejor que robar”.