Asesinan al “Pan de Leche”

Asesinan al “Pan de Leche”

Foto Archivo
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Nadie en el sector Monte Negro prestó atención al arribo de dos sujetos a bordo de una moto hasta que salieron haciendo tiros de la casa de Álvaro Luis García (29), alias “Pan de Leche”, bloquero que estaba en su casa conversando con unos amigos. Las balas disparadas por los sicarios fueron precisas. Todas penetraron su pecho causando el daño suficiente para dejarlo tendido en el porche. Nerio, un amigo de la víctima, resultó herido al quedar atrapado entre los proyectiles. laverdad.com / José Manuel Sánchez

Eran las 8.05 de la mañana del miércoles cuando todo ocurrió. En la casa estaban dos amigos de la víctima, dos vecinos y la esposa embarazada de la víctima. Los testigos informaron que los homicidas entraron hasta el porche y sin mediar palabras abrieron contra el único hombre que estaba en bermudas y sin franela. Los amigos del baleado corrieron hasta la casa y uno de los vecinos saltó un pedazo de cerca de ciclón para huir de la balacera.

Los asesinos abordaron la motocicleta y arrancaron haciendo tiros y dejando el clásico polvorín que levantan cada vez que un vehículo transita por una vía arenosa. La esposa salió de la casa apenas escuchó la moto alejarse. Inmediatamente no vio nada, pero al voltear a su izquierda estaba el padre de su hijo nonato. Sus gritos se escucharon en toda la avenida 5 con calle 59 de El Bajo, en el municipio San Francisco. Los vecinos que llegaron primero llamaron a la ambulancia para trasladar al herido a una clínica de la zona.





Motivos

¿Quién era “Pan de Leche”? Hasta ahora lo que se sabe viene de parte de los vecinos y familiares. Estos dijeron que trabajaba haciendo bloques. Nadie lo vio nunca con malas juntas o en malos pasos. Sin embargo, no tenía mucho tiempo viviendo en el sector. Precisamente lo último que los parientes de García le criticaban entre lágrimas, como si esperaran alguna respuesta de quien yacía en el sitio. “Por qué te viniste pa’ca. No tenías nada que hacer por aquí”, gritaba a todo pulmón una prima y después su propia madre.

Los primeros en llegar al sitio fueron los uniformados de la Policía municipal de San Francisco. Cuando el jefe de la comisión conoció la presencia de testigos empezaron a radiar y hablar en claves. Un grupo salió con dirección a la playa y otros a la casa vecina. Tres testigos fueron hallados y trasladados a la comandancia para prestar declaraciones. Los parientes de la víctima no comentaron nada sobre el crimen a los medios pero dejaron la suerte de los asesinos en manos de la justicia divina.