Critican sistema de música clásica en Venezuela

Critican sistema de música clásica en Venezuela

(foto AP)
(foto AP)

En el mundo se lo ha elogiado como un modelo que inspira a jóvenes desfavorecidos al vincularlos con la música clásica.

Joshua Goodman, Associated Press

Sin embargo, un nuevo libro retrata El Sistema, la red de orquestas juveniles de Venezuela, como un “modelo de tiranía” con sesiones de práctica despiadadas y maratónicas que reflejan aparentemente el estilo autoritario y el poder ilimitado de su carismático fundador, José Antonio Abreu.





“El Sistema: Orchestrating Venezuela’s Youth” (El sistema: Orquestando a los jóvenes en Venezuela) es el primer estudio a fondo que pone en entredicho a la institución, cuyo lema de acción social mediante la música ha unido en Venezuela a los conservadores devotos de la música clásica con su gobierno socialista, que ha financiado en los últimos 15 años la ampliación de El Sistema.

El musicólogo y docente en artes Geoffrey Baker, que vive en el Reino Unido, emprendió su investigación después de asistir a una conmovedora presentación —durante la temporada de conciertos de verano de 2007 en Londres— a cargo de la Orquesta Juvenil Simón Bolívar bajo la batuta del alumno más famoso de El Sistema, el niño prodigio Gustavo Dudamel, de 33 años y director de la Filarmónica de Los Ángeles.

Autor de diversos libros sobre música latinoamericana, Baker dijo que su objetivo era facilitar un estudio riguroso sobre las bases intelectuales y organizativas de esta maravilla de la música.

Sin embargo, una vez en Venezuela, Baker se dijo abrumado por los relatos que hicieron integrantes y ex integrantes sobre corrupción al máximo nivel, favoritismos y relaciones sexuales impropias entre maestros y alumnos.

“Como toda institución se presentan problemas… pero que El Sistema tenga un virus es absolutamente falso”, declaró por teléfono el director ejecutivo de El Sistema, Eduardo Méndez, desde Gotemburgo, Suecia, al término de la gira de una de las orquestas por Europa.

Los supuestos abusos que se exponen en el libro de Baker incluyen una amplia gama, desde gritos durante los ensayos hasta relatos de ventajas a cambio de favores sexuales y una orgía de maestros y estudiantes en un lugar de retiro.

Baker dijo que no pudo verificar las afirmaciones y rechazó la solicitud de The Associated Press para tener acceso a sus fuentes confidenciales, lo que sirve para que los partidarios de El Sistema refuercen su postura de refutar las aseveraciones publicadas en el libro.

Baker también dijo que su intención nunca fue investigar el nivel de generalización de los abusos ni del descontento entre los aproximadamente 600.000 menores que estudian en los centros de música ubicados en diversos barrios en el país. Más bien quiso establecer un contrapeso a una excesiva promoción que cree se ha dado a El Sistema, lo cual ha distorsionado la percepción del público al tiempo que lo ha impulsado como marca un modelo de enseñanza en 60 países.

“Todo relato tiene dos partes, pero al momento sólo se ha contado una de El Sistema”, afirmó.

Gran parte de las críticas del autor se centran en Abreu, ex ministro del gabinete que fundó en 1975 lo que se convertiría en El Sistema. Abreu ha ganado numerosos elogios internacionales y desde entonces algunos lo comparan con Juan Pablo II y Nelson Mandela.

Sin embargo, “El Maestro”, como se le conoce en el mundo, es tan temido como querido, afirma Baker. Abreu ha logrado adaptar El Sistema a los nuevos tiempos revolucionarios con puño de hierro y maquinaciones políticas que oscurecen cualquier análisis serio sobre el cumplimiento de la misión social de ese programa.

El autor también culpa a El Sistema de no estar a tono con la tendencia hacia una mayor transparencia y técnicas de enseñanza más innovadoras aplicadas en organizaciones europeas similares.

Afuera de la imponente sede de muros de concreto de El Sistema en Caracas, decenas de músicos que pertenecen a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar consideraron intolerables las afirmaciones sobre abusos.

Si bien reconocieron que son fuertes las exigencias en la orquesta, defendieron vigorosamente la visión de Abreu, al que atribuyen la construcción de una de las pocas instituciones que han perdurado en Venezuela.

Ninguno dijo haber sido testigo de algún caso de abuso sexual.

“Es como fútbol americano. Para poder estar en un equipo, tienes que tener una disciplina fuerte. Y el entrenador no dice ‘por favor,’ ‘gracias”’, declaró tajante el contrabajista Abraham Maduro, miembro del sistema de la sinfónica durante 20 años.

Aunque ha atizado una tormenta de fuego la reprobación pública de Baker, que el periódico Guardian difundió por primera vez en una columna, se desconoce si tendrá alguna consecuencia de largo plazo en El Sistema.

Por ahora, El Sistema no muestra señales de que haya perdido impulso. El martes, Abreu se presentó al lado del presidente Nicolás Maduro en la televisión estatal para celebrar la gira europea y revisar el proyecto “Dudamel Hall”, al que diseño el arquitecto Frank Gehry, de Los Ángeles, y el cual cuenta con la financiación del gobierno venezolano.

El maestro de artes Marshall Marcus fue testigo cercano del nacimiento de El Sistema cuando era un músico joven que vivía en Venezuela a finales de la década de 1970, durante el auge de la extracción petrolera.

En 2012, Marcus estableció el Sistema Europe, una red de orquestas juveniles procedentes de 25 países inspirada en el modelo venezolano.

Marcus reconoció que la organización no ha evolucionado al mismo ritmo de su historial de excelencia musical; sin embargo, censuró que Baker no presentara estadísticas cuantitativas y utilizara un tono subjetivo, cargado de emociones, en el que compara El Sistema con el hampa y la esclavitud.

El Sistema quizá se trate de una autocracia, pero ha permitido el florecimiento de miles de personas, afirmó Marcus. Si eso es tiranía, no se le siente de esa manera, agregó. AP