La situación económica en Venezuela sigue en picada, como lo está el precio del petróleo, la confianza país y la propia popularidad del presidente Maduro. El panorama es sombrío y la capacidad de respuesta del gobierno lenta, ineficiente y mentirosa. Muestra de ello, el empobrecimiento que hoy sufrimos. Una realidad que lleva tocando a nuestra puerta desde hace mucho tiempo y que no han atajado con verdadera voluntad. Un empobrecimiento que, por los vientos que soplan, pica y se extiende.
El escenario es cruel, pero desde el Ejecutivo se empeñan en negarlo. Tenemos una cesta petrolera por debajo de los 60 dólares el barril, pero el presupuesto fiscal de 2015 está calculado a 60 dólares. Tenemos una inflación anualizada cercana al 70%, pero ellos prevén que el próximo año estará entre 25 y 30%. Premisas descaradas y engañosas que lejos de sumar, restan.
Mientras ellos siguen intentando engañar a un pueblo ávido de respuestas y soluciones, en el municipio Sucre del estado Miranda, diseñamos un presupuesto de ingresos y gastos ajustado a las metas y realidades de nuestra gente. El Plan Operativo Anual estará dispuesto para el pago de deudas en materia de salud, educación, cultura, desarrollo social, seguridad, servicios públicos, deporte y recreación, urbanismo, infraestructura, servicios y vialidad para vecinos de las parroquias Caucagüita, Filas de Mariche, La Dolorita, Leoncio Martínez y Petare.
Para llevar a cabo los planes educativos y de seguridad, el municipio Sucre dispondrá el 16% del presupuesto, y para salud el 5 %.
La aprobación de este presupuesto supone la continuidad y ampliación de doce Planes Sociales, culturales y de desarrollo económico en la localidad, entre ellos las Ferias de Empleo, las cuales han permitido a muchos jóvenes su inserción en el mercado laboral. También prevé mejorar el sistema de defensa de los niños, niñas y adolescentes, e incrementa los aportes asignados para la compra de medicamentos y material médico quirúrgico.
Un plan operativo destinado a mejorar la calidad de vida de los sucrenses. Una muestra de que con voluntad y ganas si se puede lograr el progreso de un país.
Con poco, hemos logrado mucho, y lo hemos hecho hablando siempre con la verdad, trabajando cara cara con los vecinos, escuchando críticas y superando adversidades. Es hora de sincerarse señor presidente. Las proyecciones más benevolentes pintan un panorama bastante aterrador para el año 2015. Basta de creer que la debacle es producto de una guerra económica, y ponga manos a la obra para reactivar el aparato productivo nacional, recuperar la confianza en el país para las inversiones, y acabar con la escasez de productos básicos, tanto alimenticios, como de salud y aseo personal.
Por Venezuela vale la pena seguir luchando.