Acercamiento entre EEUU y Cuba deja mal parado al régimen de Maduro

(Foto EFE)
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El lunes, el gobernante venezolano Nicolás Maduro lanzaba sus acostumbrados improperios contra las autoridades estadounidenses, acusando a los legisladores de imbéciles y recomendando a sus seguidores chavistas quemar sus pasaportes si éstos tienen visas del país norteamericano, publica El Nuevo Herald.

Antonio Maria Delgado
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El miércoles, un sorprendido Maduro balbuceaba la palabra “valiente” para describir al presidente estadounidense Barack Obama, tras el anuncio del gobernante estadounidense de que pretendía poner fin a más de cinco décadas de hostiles relaciones con el régimen de los hermanos Castro.

La histórica decisión de la Casa Blanca de buscar una normalización de las relaciones con Cuba parece estar complicando la retórica del mandatario venezolano, cuya plataforma política descansa casi exclusivamente en un discurso antimperialista heredado de un régimen castrista que ahora le sonríe a Washington.

Y eso coloca en una muy extraña posición a Maduro, quien además parece no haber sido informado de las intenciones de La Habana de buscar un mayor entendimiento con Estados Unidos, dijeron analistas.

“El gran sorprendido de este acuerdo es Maduro”, dijo desde Washington Antonio De La Cruz, Director Ejecutivo de la firma de asesores Inter American Trends. “Su actuación durante la semana demuestra que Maduro no tenía información de este acuerdo, que seguramente se manejó a muy alto nivel porque ni siquiera se conocía bien en las altas esferas políticas de Estados Unidos”.

Y hasta el momento la Casa Blanca está dando señales de que pretende actuar con celeridad para hacer las paces con el régimen de la isla, anunciando el jueves que Estados Unidos y Cuba aprovecharán la próxima ronda semestral sobre migración en enero para avanzar en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y no se descarta una visita de Raúl Castro a Washington.

“El presidente ha recibido a los líderes de Burma y China en Estados Unidos. Y por ese motivo, no descartaría una visita del presidente Castro”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest durante su conferencia de prensa diaria.

Para Maduro, cuya retórica política es una copia del discurso antiestadounidense utilizado por décadas en Cuba, un acercamiento entre La Habana y Washington desarticularía la esencia de lo que ha sido la plataforma política del chavismo y la justificación detrás de la “Revolución Bolivariana”.

“La Guerra contra el Imperialismo lo es todo para el chavismo. Todos los problemas de Venezuela son atribuidos por Maduro al capitalismo y al imperio”, comentó desde Miami el asesor político Esteban Gerbasi.

Es una ideología que fluye directamente desde La Habana, y ver ahora al régimen de la isla tratando de entablar amistad con Washington es un trago simbólico muy amargo para sus discípulos venezolanos, que en los últimos meses han atribuido el colapso económico del país a una presunta “guerra económica” orquestada desde Miami.

“Esto lo afecta muchísimo porque produciéndose una normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, él tendría entonces muy pocos argumentos para justificar aún más su fracaso”, dijo Gerbasi en referencia al colapso del modelo petropopulista del chavismo que ha propiciado los severos problemas de escasez que sufren los venezolanos.

El proceso de distensión entre Cuba y Estados Unidos es iniciado en momentos en que Maduro enfrenta serios problemas de popularidad y en que la influencia del chavismo sobre los sectores populares comienza a desvanecerse.

Maduro carece del carisma con que contaba el fallecido presidente Hugo Chávez, y la conexión emocional entre actual gobernante con el sector que tradicionalmente ha respaldado el chavismo es casi inexistente.

“La parte afectiva, que es una de las cosas que más sostenía a Chávez, quien mantenía una conexión emocional con la población, se acaba. Ya la gente está viendo una realidad que son las colas para comprar productos, los asesinatos, la escasez, la falta de medicinas, la falta de servicios públicos”, dijo Gerbasi.

“Y si tú le sumas a esa lista de carencias, ese gran motivador emocional que es el antiimperialismo, terminas por quitarle el sustento”, resaltó.

La normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos es, por supuesto, un proceso complicado y plagado por peligros que podría en cualquier momento venirse abajo.

Pero los expertos dijeron que el colapso económico en Venezuela deja a la isla con muy poca alternativa más allá de tratar de diversificar su economía, tratando de atraer inversiones de otros países.

Puede que el régimen de Maduro tenga toda la disposición de seguir manteniendo a la economía cubana, pero existen serias duda de que pueda seguir haciéndolo, dijo Diego Moya-Ocampos, analista senior para América Latina de IHS Global Insight/IHS Jane’s.

“La Habana sabe que el gobierno de Venezuela tiene la voluntad de seguir en esa alianza estratégica y de seguir ayudando financieramente a Cuba, pero dudan de su capacidad. Esto [el acuerdo con Washington] forma parte de la estrategia de Cuba de diversificar sus fuentes de ingresos y minimizar su dependencia de Venezuela”, dijo Moya.

“Ellos [en Cuba] quieren evitar a toda costa un período especial como el que vieron en los noventa con la caída de la Unión Soviética, y saben que un colapso total de la economía venezolana es algo muy posible”, enfatizó.