Tener sexo me estresa, ¿qué hago?

Tener sexo me estresa, ¿qué hago?

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Hacer el amor te parece estresante? Aunque la pregunta se lea medio extraña, muchas mujeres opinan que el sexo es más complicado que placentero. En lugar de verlo como algo natural y divertido, lo llenan de prejuicios, expectativas e idealizaciones que lo único que provocan es un bloqueo sensorial y emocional.

Incluso hay chicas que no tienen sexo si la situación no les parece perfecta. Sí, para hacer el amor creen que es necesario que converjan una serie de factores “muy importantes” como tener la luz adecuada, depilarse, exfoliarse y encremarse, no sentirse inflamadas, gordas o poco atractivas y hasta que los trastes de la cena estén limpios; qué decir de cuando su pareja les pide algo un poquito excéntrico en la habitación, en ese momento se esfuman sus ganas y quién sabe cuando vuelvan…





Por el contrario, quienes disfrutan del sexo sin muchos requisitos saben que no se necesita casi nada para pasarla bien haciendo el amor; ni siquiera ropa ¡caray! Viven la experiencia sexual con libertad y conciencia y no la salpican de tabús, miedos infundados, preocupaciones innecesarias ni complejos sobre su cuerpo. Tampoco pierden tiempo en angustiarse por las expectativas que su hombre podría tener de ellas; saben que lo que él quiere es disfrutar a su lado y punto.

Cuando tener relaciones sexuales nos vuelve locas (en un sentido opuesto al que debería) terminamos pensando cosas ridículas al respecto, por ejemplo:

“Me siento gorda, mejor sin luz… o mejor le digo que me duele la cabeza”. Pero ¿cuántas veces al mes te puede doler la cabeza? El pobre hombre va a pensar que tienes un tumor.

“Que ni se le ocurra pedirme que lo hagamos en esa posición, ni que fuera una zorra”. Perdón, ¿cuál es la posición de las que no son zorras?

“Mi amiga me dijo que esto le va a gustar a mi novio, a ver si funciona”. ¿Y si mejor le preguntas a tu novio qué le gusta?

“No puedo decirle que no llego al orgasmo, se va a traumar”. Más le va a traumar cuando se entere de que siempre finges…

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