Podemos en España… ¿es una franquicia del chavismo venezolano?

Podemos en España… ¿es una franquicia del chavismo venezolano?

Pablo Iglesias

Con apenas 12 meses de vida, Podemos se ha colocado como alternativa a los dos partidos que dominan la vida pública española desde hace más de 30, con afán de ganar las próximas elecciones. Pero tiene pendiente refinar su oferta electoral y sortear riesgos, incluida la afinidad de sus más notables dirigentes con la Venezuela chavista.

A medida que sube en intención de voto en los sondeos, el flamante partido se cura del calentón revolucionario de primera hora y se va dando una pátina de responsabilidad política y sentido de Estado, mientras se sacude el polvo bolivariano para descaracterizarse como “la franquicia española del chavismo”.





Esa es la etiqueta que le pegaron sus rivales de derecha debido a las relaciones íntimas con el régimen de Caracas de sus principales dirigentes, que en su día asesoraron al difunto ex teniente coronel Hugo Chávez, se colocaron incondicionalmente al lado de la “revolución” y contra la oposición venezolana, expresaron sólidas convicciones chavistas y exaltaron la obra del caudillo bolivariano.

Con unas u otras palabras se manifestaron en ese sentido Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero, que ocupan los lugares uno, dos y tres en la jerarquía de Podemos.

Pero ha llegado la hora del desmarcaje debido al recelo que esas amistades peligrosas despiertan en los sectores más moderados del electorado español, porque la clave del éxito, reconocidamente, está en el centro, a juzgar por lo que última-mente explica Iglesia, de 36 años y secretario general de Podemos.

Iglesias manifiesta, por ejemplo, que la referencia para él no es Sudamérica sino la socialdemocracia nórdica, en un desmarque evidente de la Venezuela de Nicolás Maduro, legatario del difunto ex teniente coronel Chávez.

“La corrupción en Venezuela es escandalosa. Me gusta más lo que hacen en Ecuador, pero para gobernar España me voy a fijar más en lo que se hace en Noruega o Finlandia (…) No nos vamos a fijar en lo que hacen en países de la periferia mundial (…) No estamos haciendo una revolución sino algo más modesto: que la gente se empodere”, precisó Iglesias en la televisión pública.

Por su lado, Errejón, el número dos, de 31 años, pone de manifiesto que en el programa de Podemos “no hay nada de Venezuela ni de chavismo”. Califica de “analfabetos políticos” a quienes creen que lo que sucede en Venezuela es un modelo para España.

Nada más lejos —arguye— porque es «absurdo tratar de imitar cosas que suceden en muchos lugares distantes, que tienen sus virtudes pero también sus fallos.

“Venezuela en modo alguno es una hoja de ruta para lo que tiene que suceder en España”, agrega.

La relación entusiástica de los principales dirigentes de Podemos con la «revolución bolivariana» y sus alabanzas apasionadas a Chávez y su legado, recuperadas en vídeo en Internet, se ha convertido en el flanco débil por donde la activa maquinaria de la guerra política y mediática conservadora más duramente les embisten, mientras que presentan al chavismo como una fracasada aventura populista, neocomunista y liberticida.

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