Diego Arria: La responsabilidad política de un artista y el poder de la cultura

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En momentos en los cuales nuestro país vive un momento de quiebre. De un sistema político dictatorial. De un anti modelo económico absurdo y corrupto que nos condena a la pobreza creciente (en medio de la riqueza) toda acción, toda palabra de respaldo al rescate de la libertad no tiene precio. ¿A que viene esta introducción?

En estos días de angustia personal leí una entrevista en el New York Times a Lisa Batiashvili , una extraordinaria violinista georgiana de 35 años quién está ahora en la Filarmónica de Nueva York. Coincidía justo cuando se cumplían los primeros 40 años de una de las mejores obras del Presidente Carlos Andrés Pérez: la creación del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles.





¿Y que decía esta prestigiosa y joven violinista de interés para nosotros y en especial para los grandes artistas que tenemos?

Aquí verán como sus palabras y su accionar profesional tienen una coherencia maravillosa entre su sensibilidad y talento artístico y sus valores emocionales y políticos. Sin dudas un ejemplo para todos los artistas que sientan un compromiso superior con sus países de origen.
Lisa nos habla sobre “las responsabilidades políticas de un artista, porque la cultura tiene mucho poder, y se trata de tener una influencia positiva o negativa en el mundo.”

Lisa Batiashvili nativa de Georgia país agredido y desmembrado por la Rusia de Putin se había comprometido a nunca tocar en Rusia si atacaban a su país tal como fue el caso. La violinista pudo probar ese poder en septiembre pasado, cuando fue invitada a tocar con la Orquesta Filarmónica de Rotterdam dirigida por el famoso conductor ruso Valery Gergiev que tiene vínculos muy estrechos con el presidente Vladimir V. Putin.

Gergiev había suscrito una carta apoyando la anexión de Crimea a Rusia, al igual que anteriormente sumó su prestigio apoyando a Putin en la intervención militar en la provincial separatista de Osetia del Sur de Georgia. Así que cuando accedió a intervenir en el concierto dirigido por Gergiev con la Filarmónica de Roterdam le encargó al compositor georgiano, Igor Loboda, un pieza para violín titulada, “Réquiem para Ucrania”, que interpretó al final del concierto mientras el maestro Gergiev observaba en un ala lateral de la sala.

Juliette Hurel, el flautista principal de la Orquesta Filarmónica de Rotterdam, recordó la actuación como “muy conmovedora” y describió el profundo silencio que se apoderó del auditorio cuando Lisa Batiashvili le habló a la audiencia antes de tocar la pieza de la tragedia en Ucrania. “Que fantástica es tener el coraje de hacer eso’ “.

La violinista ha declarado que para algunos artistas, es muy difícil declinar compromisos profesionales, pero para ella se trata de si uno está o no dispuesto a renunciar a sus ideales por avanzar en la carrera profesional. Agregó: “No quiero ser parte de esta sociedad de músicos que en realidad no están de acuerdo con apoyar a Putin, pero que nunca dicen nada” . Comentario aplicable aquí.!

Del mismo modo ella critica al “público occidental que asiste y contrata conciertos de artistas rusos que son públicamente partidarios de las políticas de Putin, se convierte en cómplice de las repercusiones de esas políticas”. ¿Por qué, pregunta es el Sr. Gergiev una figura tan importante en el mundo de la música? “Porqué los países occidentales le han dado un gran apoyo y su fama es explotada por el señor Putin.” Historia que se repite hoy en nuestro país.

Lisa fue mas allá y en otra entrevista agregó: “Con esta civilización occidental que está bajo el ataque de todos los lados, no es justo que los artistas que se benefician de su libertad, de su democracia y de la riqueza de sus instituciones culturales tomen partido por un sistema que es el enemigo de esa civilización “Innecesario comentar esta aseveración.

Lisa Batiashvili sigue el modelo de comportamiento y de valores exhibidos con tanta dignidad y amor por nuestra gente en todas las circunstancias por nuestra grande y super talentosa GABRIELA MONTERO, así en mayúsculas con mi enorme afecto y admiración.

Su primera gran obra “ExPatria” dedicada a los venezolanos, fue su reacción personal de protesta al inaceptable precio humano pagado como consecuencia de políticas del régimen que tanto han hecho sufrir al pueblo venezolano. “Quise darle una voz”-dice Gabriela- “a nuestra gente, porque siento que nos han arrebatado nuestra patria”

Lisa y Gabriela seguramente entre muchos grandes artistas demuestran que el amor por sus países, al igual que el rechazo por los que hacen sufrir a su gente es un compromiso al cual no se renuncia y ante lo cual no vale ninguna excusa para no hacerlo.

Es evidente , y claro no tengo problema en confesarlo que esta nota tiene en el trasfondo a los Maestros José Antonio Abreu y a Gustavo Dudamel por quienes siento admiración y reconocimiento por su excepcional talento al igual que por su gestión artística y cultural a nivel mundial.

El Maestro Abreu lo sabe pues como Presidente del Centro Simón Bolívar tuve el privilegio de asignarle la primera sala de la entonces Orquesta Juvenil. Ni el Presidente Pérez ni yo le exigimos nunca nada. De hecho CAP acertadamente lo nombró Ministro de la Cultura.

Pero, y es un PERO gigante no puedo sino contrastar el comportamiento de Lisa y de Gabriela con la de ellos y sentir una profunda decepción por su marcada ausencia y falta de solidaridad con el latir de un país colapsando bajo una tiranía militarizada y corrupta.

Cuando se alcanza el extraordinario nivel y el prestigio de estos dos grandes valores la responsabilidad sobrepasa la acción profesional. Realmente no deberían ser rehenes de nadie. Son demasiado importantes para dejarse.

Amigos, como decía al principio vivimos un momento crucial en nuestro país donde toda acción, toda palabra de respaldo que ayude al rescate de la libertad no tiene precio.

Que el infinito amor por sus países que demuestran Lisa y Gabriela hagan reflexionar e inspiren a los grandes maestros Abreu y Dudamel.