Cinco razones de por qué tú NO eres un médium según Theresa Caputo

Foto: Theresa Caputo / tlctv.com
Foto: Theresa Caputo / tlctv.com

Algunas personas sienten que nacieron siendo médiums, con habilidades que las harían detectar fenómenos más allá de la corriente experiencia humana, gracias a su percepción extra sensorial. Así, existen quienes afirman ver fantasmas y otros que aseguran poder oírlos, o recibir visiones y mensajes.

Theresa Caputo, protagonista de La médium, es una de ellas. Su comunicación con los espíritus se daría a partir de impresiones o imágenes que ellos mismos se encargan de enseñarle. Según Caputo, este contacto con el más allá comenzó a los cuatro años y desde entonces no ha dejado de utilizarlo para ayudar a las personas.

Más allá de estos casos particulares, es frecuente que todas las personas, en algún momento de sus vidas, experimenten una situación ‘paranormal’. Pero esto no las convierte en médiums ni mucho menos. Sucede que la mayoría de dichas situaciones tienen una explicación científica. Así que, si pensabas que eras dueño de una habilidad extrasensorial que te conecta con el otro mundo, será mejor que repases algunas de ellas.





1. Sombras por el rabillo del ojo

Esta es algo que sucede frecuentemente y, si te ha pasado, es posible que hayas pensado que te acechaba algún espíritu intentando comunicarse. El fenómeno consiste en figuras o siluetas, que aparecen por el rabillo del ojo y que desaparecen cuando intentas verlos de frente.

Para la ciencia, estas curiosas “apariciones” tienen que ver con lesiones en ciertas áreas del cerebro y con estímulos eléctricos que, incluso, pueden inducirse artificialmente. Durante un estudio de rutina en el hospital universitario de Ginebra, por ejemplo, una paciente epiléptica que recibió una leve descarga describió cómo una sombra imitaba todos sus movimientos.

Recientemente, investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suecia, han logrado recrear esa misma sensación en sujetos perfectamente sanos, forzando una suerte de  “desfase” entre la conciencia del cuerpo y el sentido del tacto. El resultado fue una experiencia extracorporal, que puede confundir a la persona y hacerla pensar que hay espíritus cerca, cuando en realidad está viendo un “reflejo” propio.

2. Movimientos en tu tabla Ouija

Tal vez hayas intentado jugar con una tabla Ouija, solo para terminar intentando adivinar quién de tus amigos mentía sobre no estar moviéndola. Quizá hayas sido más optimista y creído que, de hecho, los espíritus habían intentado darte un mensaje esa noche.

Si algo de esto te suena familiar, culpa al efecto ideomotor. Este fenómeno psicológico hace que el individuo realice movimientos inconscientemente gracias al poder de la sugestión. El autoengaño que se genera en estos casos es tan fuerte, de hecho, que muchos se convencen de no ser ellos quienes mueven la tabla.

El fenómeno llamó la atención de muchas de las grandes mentes científicas que se abocaron a comprobar su veracidad –o falsedad–. Finalmente, en 1852, William Carpenter postuló la teoría desmitificando el juego

3. Puntos fríos en tu casa

En muchos programas de televisión y películas, los expertos en sucesos paranormales suelen detenerse en un punto de la casa y declararla un “punto frío”, donde la temperatura es menor a la que hay en el resto de la habitación.

La explicación paranormal para esto sostiene que, cuando un espíritu busca manifestarse, necesita energía y que su única forma de conseguirla es del calor a su alrededor. Para muchos otros, es más probable que la temperatura baja se deba a corrientes de aire frío, provenientes de la chimenea o las ventanas.

¿La habitación se encuentra cerrada? Pues no recurramos a los espíritus todavía. Todos los objetos tienen temperaturas distintas y algunas superficies guardan más calor que otras. Para igualar la temperatura ambiente, estos objetos transfieren el calor en un proceso llamado convección.

Este cambio en el ambiente se siente fresco sobre la piel de una persona y puede causar escalofríos. Claro, que lo interpretes o no como prueba de lo paranormal tendrá que ver con cuán sugestionado estés.

4. Orbes brillantes en fotografías

Según la creencia popularizada hace unos años, esas bolas de luz corresponden a los espíritus de gente que ha muerto. Pero que tus fotos familiares contengan orbes no significa que tengas prueba de lo paranormal.

Desde hace tiempo, hasta los más creyentes dudan de ellas sencillamente porque son demasiado comunes y porque su presencia tiene explicaciones más viables. Cuando una mota de polvo o un insecto se acerca a la cámara, por ejemplo, aparecen en la foto como un círculo borroso y desenfocado. Si utilizas el flash, además, la bola parecerá brillar.

Así que la próxima vez ten cuidado con lentes sucias o insectos en las cercanías.

5. Malestar general frente a presencias extrañas

Más que espíritus, tal vez sea tu casa la que te esté jugando una mala pasada en este sentido. La presencia de iones positivos  en el medio ambiente puede afectar nuestros estados de ánimo y hacernos sentir mal, lo que podría explicar por qué la gente que dice vivir en casas embrujadas sufre de dolores de cabeza y malestar general.

Si bien ciertos cazafantasmas insistirán con que una variación en el conteo de iones sirve para detectar presencias paranormales, la cifra puede variar de acuerdo a cosas tan mundanas como el clima, la radiación solar y la presencia de radón en el aire.

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