Kunyara: una tradición sexual africana que podría ser interesante

Kunyara: una tradición sexual africana que podría ser interesante

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Para muchos, la eyaculación femenina es uno de los misterios sexuales más intrigantes. Sus orígenes y factores desencadenantes están en disputa entre lo que opinan las mujeres y lo que dicen los sexólogos, así que no es sorprendente que pocos hombres pueden hacer comentarios al respecto con mucha confianza.

En Ruanda, un país donde la eyaculación femenina, o kunyara, como se le conoce localmente, es una cuestión de importancia social, el hacer que la mujer alcance el orgasmo y eyacule es algo primordial.





La historia cuenta que mientras el rey estaba ausente en una campaña militar, así que la reina exigió que un guardia llamado Kamagere tuviera relaciones sexuales con ella. Kamagere accedió, pero estaba tan nervioso por las posibles repercusiones que su cuerpo temblaba incontrolablemente. En lugar de penetrar a la reina, frotó su pene hacia arriba y hacia abajo contra sus labios vaginales y el clítoris – una técnica que se conoció como kunyaza – El torrente de “agua” líquida que fluyó de la reina se llamaba kunyara.

El kunyara es la capacidad de las mujeres de Ruanda para expulsar volúmenes abundantes de líquido – más de tres litros de acuerdo con algunas estimaciones – De hecho, durante el kunyara existe otra tradición llamada Gukuna. Esta costumbre requiere que niñas a partir de los 8 años se retiren o estiren sus labios menores.

Gukuna fue originalmente practicado con la piel estirada, por lo que la piel de esta forma podría ayudar a proteger y mantener limpia la vagina de una mujer. Pero, cuando se descubrió que estas mujeres también estaban experimentando mucho placer y aumentando su sensibilidad sexual al generar más “agua”, se convirtió en una costumbre más o menos obligatoria.

“Hace treinta años era como una orden”, explica Vestine Dusabe, una sexóloga en Kigali, África. “Toda mujer casada debía tener gukuna”. Hoy en día la tradición no es tan común… Los parientes mayores están demasiado ocupados como para enseñar a la próxima generación cómo se hace y como resultado, más jóvenes ruandeses desconocen la práctica gukuna, que es considerada como algo que solo hace la población rural. La educación sexual de Ruanda, por su parte, es limitada. Cuando Dusabe viaja a las escuelas de todo el país, conoce estudiantes que todavía piensan que los condones se pueden quedar dentro de la vagina de una mujer y que el sexo es el mejor remedio para las espinillas de la cara ¡Así como lo lees!.

Vestine muestra a las jóvenes alumnas cómo realizar un gukuna y les anima a practicarlo por su cuenta durante 10 minutos todos los días. “En los viejos tiempos”, dice ella, “las niñas se harían gukuna unas a otras. Pero ahora nos preocupa que esto despierte sentimientos lésbicos por lo que enseñamos, así que les recomendamos que lo hagan de forma individual”, comentó Dusabe. (Sí, un comentario bastante discriminatorio pero que para las tradiciones africanas es algo “normal”)

A pesar de los esfuerzos que ha hecho Dusabe, sus enseñanzas han generado críticas de algunos miembros del gobierno y de la iglesia. Dusabe ha buscado por 3 años a través de un programa de radio local, enseñar la importancia de gukuna en una relación. Ella afirma que las mujeres están frustradas sexualmente por la falta de gukuna.

Con la ayuda de lubricantes, las “clases” que imparte la sexóloga duran alrededor de una semana o hasta que el cliente se sienta cómodo hacerlo por su cuenta desde su casa, éstas cuestan alrededor de 900 pesos mexicanos.Pero tener gukuna no es un pase automático para la kunyara. Por eso, un hombre también debe hacer su parte. Esto significa que el hombre debe hacer que la mujer se sienta cómoda y lograr el kunyaza (un ruido especial que se hace durante la práctica).

Incluso existen videos kunyaza-kunyara (posiblemente los encuentres en la red), que se basan en una mezcla de videos pornográficos y su propia sabiduría personal. ¿Te atreves a experimentarlo?

Vía SDPNoticias.